Coronavirus chino: ¿hasta dónde nos debemos asustar?
China aísla a 21 millones de personas por miedo a que se propague
Parecía algo lejano, que solo ocurría en la otra parte del mundo, pero lo cierto es que la globalización, la facilidad para desplazarnos de un lugar a otro en muy poco tiempo y la masificación de las ciudades está generando mucha alarma con respecto al coronavirus chino, y aunque es cierto que, hasta el momento, es el causante de 17 muertes, es importante saber que en su mayoría los fallecidos tenían edades superiores a los 70 años y cuadros previos de otras enfermedades. Para que no nos asustemos más de la cuenta es importante poner las cosas en su justa medida y aclarar varias cuestiones:
¿Qué es un coronavirus y como puede afectar a nuestro organismo?
Se trata de una “extensa familia de virus” muy conocida por todos los especialistas de Salud Pública y todos los médicos, que afecta a nuestra salud colonizando nuestro sistema respiratorio. Su virulencia puede llegar a producir desde un resfriado común, totalmente leve, a un Síndrome Respiratorio Agudo Severo, grave como el que nos mantuvo especialmente preocupados en 2002.
Son virus que pueden vivir en animales, pero también en humanos. En este caso, aunque su origen todavía no está totalmente determinado y se piensa que pudo iniciarse en un mercado de pescados y mariscos, donde había animales enjaulados, lo que sí sabemos es que tiene un gran potencial de “contagio” entre personas, con el mismo mecanismo de cualquier resfriado o una gripe.
La capacidad de este coronavirus, como muchos otros virus, para dañar nuestro organismo, depende directamente de su “virulencia”, de su “capacidad de mutación” y la “potencia para transmitir” la enfermedad entre personas.
¿Qué síntomas son los que nos tienen que poner en alerta?
Esta pregunta no tiene una respuesta fácil desde la experiencia clínica, porque lo síntomas de la infección por ese coronavirus no son específicos de esta enfermedad.
El ya denominado por la O.M.S. como “Coronavirus 2019-nCov” o “Coronavirus de Wuhan”, como muchos otros de la misma familia, afecta directamente a nuestro sistema respiratorio, por lo que los síntomas son muy parecidos a los de un resfriado común o una gripe, aunque con frecuencia puede desencadenar una neumonía y acompañarse de disnea o dificultad para respirar, que en algunos casos puede llegar a provocar la muerte.
Son síntomas muy similares a los que ahora vivimos en España como consecuencia de la epidemia de gripe, por lo que ante ellos no es aconsejable acudir a un Servicio de Urgencias Hospitalario, sino al Centro de Salud o llamar al 112 para que el médico de cabecera o el de urgencia visite a la persona afectada en su domicilio.
¿Sabemos como se contagia y que debemos hacer para prevenir esta infección?
Afortunadamente los clínicos e investigadores chinos han tardado muy poco en esta ocasión en averiguar que el virus se transmite de persona a persona, por el conocido fenómeno de contagio de las pequeñas y microscópicas “gotitas de Flügge”, que expulsamos a la hora de hablar, reír, estornudar o toser y que se nebulizan en el aire que respiramos.
Por ello, la mejor forma de prevenir la enfermedad consiste en seguir poniendo en marcha lo que hacemos para controlar el contagio de la gripe: evitar las aglomeraciones, utilizar mascarilla si es necesario, o simplemente taparse la boca y la nariz a la hora de toser o estornudar con un pañuelo desechable o bien con las manos, siempre que después las lavemos convenientemente.
¿Qué pude ocurrir si este nuevo coronavirus llega a España?
Es cierto que la globalización puede conllevar la posibilidad de que este nuevo coronavirus viaje y llegue a España, pero también es cierto que tenemos una gran experiencia en la detección precoz de estas enfermedades respiratorias y unos profesionales sanitarios que siempre están alerta, lo que nos debe dar a todos una gran tranquilidad.
De momento, sabemos que se trata de un brote de pequeña magnitud, porque en la ciudad de Wuhan, epicentro del problema, viven mas de 11 millones de personas y las autoridades Chinas en esta ocasión están trabajando con verdadera diligencia y en contacto continuo con los expertos de la O.M.S. desde el inicio del brote, el 31 de Diciembre de 2019.
En realidad, y gracias a los estrictos controles de las autoridades sanitarias chinas, el riesgo de que este virus pueda llegar a España es realmente bajo.
¿Existen motivos de alarma ante el nuevo brote de “coronavirus”?
Con los datos de que disponemos en estos momentos, no existe ningún motivo de alarma internacional, ni por supuesto en España, aunque sí debemos continuar con nuestro “sistema de alerta y vigilancia epidemiológica”, algo en lo que cada vez somos más expertos como consecuencia de los brotes epidémicos y epidemias que hemos vivido en la última década.
El recuerdo de lo sucedido en 2002 con el brote de Síndrome Respiratorio Agudo Severo (S.R.A.S.) en China, no es el mejor ejemplo de tranquilidad, porque ciertamente las autoridades sanitarias y políticas del país, tardaron demasiado tiempo en facilitar los datos clínicos y epidemiológicos a la O.M.S.
En este nuevo brote las cosas, al menos de momento, están funcionando mucho mejor: Las autoridades declararon la primera alerta el 31 de Diciembre de 2019, pocos días después de conocer el primer “caso sospechoso”; el 1 de Enero de 2020 las autoridades cierran un gran mercado de pescados y mariscos por su posible relación con el origen de la enfermedad; el 9 de Enero los investigadores chinos consiguen secuenciar el virus, facilitando toda la información a los expertos de la O.M.S., dato fundamental para poder determinar que se transmite de persona a persona a través de las gotitas de saliva; y el miércoles 24 las autoridades prohíben a los ciudadanos salir de la ciudad de Wuhan para tratar de controlar el brote.
Además, en este caso parece que podemos disponer de todos los datos clínicos, número de personas afectadas, ingresos hospitalarios y las muertes que con más frecuencia se producen en las personas mayores y enfermos crónicos.
¿Es necesario decretar la “alerta sanitaria internacional”?
Cuando existe un verdadero riesgo para la Salud Pública Mundial, evaluado siempre por los datos clínicos y epidemiológicos analizados por especialistas y no por los políticos, la O.M.S. decreta la situación de “Emergencia Sanitaria de Interés Internacional”, para exigir y potenciar una “vigilancia epidemiológica mundial”, una continua cooperación y financiación de todos los Estados, tanto en el tratamiento de la enfermedad como en la prevención a través del estudio de una vacuna, y que todos los países tengamos el mismo nivel de información con los datos actualizados en cada momento.
Esta situación de Emergencia Sanitaria de Interés Internacional es una verdadera excepción y solo depende de la gravedad de la enfermedad de que se trate y la posibilidad de expansión mundial. En la última década hemos vivido 5 situaciones de este tipo: en 2009 el Virus N1H1 de la Gripe A, la mal llamada “gripe porcina”, en 2013 por el virus Ébola en África Occidental, en 2014 por el virus de la polio en Pakistán, el virus Zika en 2016 y de nuevo un rebrote del Ébola en la República Democrática del Congo de 2018. Y ciertamente algunas de estas “emergencias” poco eco encontraron en los medios de comunicación social, como el la de la polio de Pakistan, porque en España afortunadamente está erradicada y además contamos con un excelente calendario de vacunación infantil.
Si la O.M.S. no ha decretado todavía esta situación excepcional, es porque los resultados a día de hoy no comportan en estos momentos un claro riesgo de Salud Pública a nivel mundial.
De todos modos, los expertos de la OMS deberían reflexionar y valorar que cuando se establecieron los protocolos para declarar una situación de “Emergencia Sanitaria de Interés Internacional”, no contábamos con la creciente globalización de todo el planeta, ni con la gran potencia que tienen y seguirán teniendo las redes sociales.
Sinceramente creo que desde la propia OMS se debería actuar con mucha más celeridad y sin miedo a crear “alarmas innecesarias”, siempre que utilicen una comunicación eficaz, fluida y transparente con los ciudadanos, porque decretar esta situación, no debería ser tan excepcional, ni centrarse únicamente en el número de fallecimientos.
Debemos tener presente que el hecho de dar este paso tan importante, nos protege a todos y obliga a todos los Estados miembros a cumplir con una estrecha vigilancia epidemiológica y una colaboración en equipo, algo que debería funcionar cada día.
A pesar de todo, siempre estamos obligados a continuar con nuestro excelente sistema de alerta y vigilancia epidemiológica, y no solo para este coronavirus, sino para tantas y tantas enfermedades infecto-contagiosas con las que debemos aprender a convivir como consecuencia de la globalización.
De momento seguiremos atentos a las noticias, pero con la máxima cautela, mucha serenidad y evitando contribuir a alarmar innecesariamente a la población, como desgraciadamente se ha hecho en otras ocasiones.
Jesús Sánchez Martos
Catedrático de Educación para la Salud
Universidad Complutense de Madrid
@jsanchezmartos