Semillas: ¿Conoces sus propiedades y para qué sirven cada una de ellas?
Las semillas están de moda por algo. Llenas de nutrientes, vitaminas y minerales tienen propiedades realmente fantásticas
Las semillas no son nuevas en nuestra alimentación. Desde el inicio de los tiempos, los seres humanos, al igual que otros muchos animales, las han incorporado a su dieta. Sin embargo también es cierto que durante décadas quedaron eclipsadas por otro tipo de alimentos procesados privándonos así de sus múltiples beneficios. Es ahora cuando las semillas han vuelto a cobrar protagonismo y no es para menos: llenas de vitaminas y nutrientes esenciales son un imprescindible en cualquier dieta sana. ¿Quieres saber cómo utilizarlas y para qué?
Semillas de lino:
Son una estupenda fuente de Omega 3 vegetal ( contienen más de un 70%) y magnesio (casi 40 miligramos por cada 10 gramos), por lo que son muy eficaces para reducir el llamado colesterol malo. Además de que su aporte protéico es considerable, una cuarta parte de su peso es pura fibra, lo que mejora el tránsito intestinal y ayuda a combatir el estreñimiento. Por si esto fuera poco las semillas de lino contienen Vitamina E y A
Puede consumirse entera en ensaladas para ayudarte a ir al baño, aunque si lo que quieres es aprovechar todas sus propiedades, consúmela molida y mezclada con yogur ( una cucharada pequeña), con los cereales del desayuno o con la mayonesa de los sandwich.
Semillas de chía:
Al igual que el lino, las semillas de chía aportan una gran cantidad de ácidos grasos Omega 3 y oligoelementos . A eso hay que añadirle su aporte de cobre, zinc y calcio de rápida asimilación, lo que las convierte en unas grandes aliadas para mantener en forma huesos y articulaciones.
La chía, al contacto con cualquier líquido, adquiere una textura gelatinosa que es muy saciante y que te ayudará si estás intentando adelgazar, ya que además de evitar que piques entre horas, arrastra los desechos que se acumulan en el intestino y que provocan sensación de hinchazón y estreñimiento. En este caso, echa una cucharadita pequeña en un baso de agua o zumo, deja reposar durante 10 o 15 minutos y bébetela.
Puedes tomarla entera o molida y añadirla a cualquier comida, incluida la sopa, ya que carece de sabor y por lo tanto no alterará los sabores sean estos dulces o salados.
Semillas de girasol:
Ricas en vitamina E y ácido fólico, protegen de las enfermedades cardiovasculares y ayudan a la función cognitiva. También contienen un alto nivel de fitoesteroles que previenen la aparición de cierto tipo de cánceres. Su uso más común es en ensaladas, y recuerda: para que sean beneficiosas solo debes tomarlas crudas y sin sal.
Semillas de sésamo:
Ricas en antioxidantes y vitaminas contienen dos sustancias llamadas sesamina y sesamolina muy útiles para reducir la hipertensión. También son ricas en ácido fólico, imprescindible durante el embarazo para prevenir posibles defectos en el tubo neural de los bebés.
Al tener un alto contenido en magnesio están muy indicadas en casos de diabetes tipo 2.
Úsalas enteras en ensaladas pero también en carnes y pescados ya que su delicado sabor aportará un extra a estos platos.
Semillas de calabaza:
Llenas de beneficios, las semillas o pipas de calabaza crudas tienen propiedades que te van a sorprender. De entrada, contienen una cantidad considerable de triptófano, un amonoácido que termina convirtiéndose en serotonina, ideal para combatir el insomnio, el estrés, la depresión y la ansiedad, por lo que está muy recomendada para personas mayores con problemas de sueño, estudiantes y personas que están pasando por situaciones complicadas.
Otra de las propiedades más destacables de estas semillas es la antiinflamatoria, que sumada a su capacidad para regular las hormonas sexuales previenen las enfermedades de la próstata.
Consúmelas sin sal en ensaladas o como piscolabis. Un puñadito al día es suficiente para beneficiarse de todos sus beneficios.