¿Se está confundiendo a la población con los Test Rápidos?
Cada prueba diagnóstica de la COViD-19 tiene sus indicaciones que no deben confundirse
Afortunadamente hoy disponemos de dos pruebas diagnósticas de la COVID-19 que demuestran una alta especificidad, pero que no deben confundirse como se está haciendo en estos momentos, incluso por parte de algunos responsables políticos. La prueba de la PCR, que identifica el material genético del Coronavirus, nos muestra la existencia real de la enfermedad, tanto en asintomáticos como en personas que padecen la enfermedad de forma leve o más o menos grave, pero se necesita que una vez tomada la “muestra nasofaríngea" con un “hisopo” o bastoncillo, contemos con un laboratorio y personal técnico para conocer los resultados en 24 o 48 horas. Desde hace poco más de 2 meses, contamos también con la prueba de los “Test Rápidos de Antígenos”, que identifican las proteínas de la superficie del virus y que también nos muestra la presencia de la enfermedad, pero no es una prueba específica para determinar los casos asintomáticos, que también padecen la enfermedad y que por lo tanto tienen capacidad de contagiar a los demás; al menos no podemos asegurarlo en el 100% de los casos en estos momentos. La muestra se toma de la misma forma, pero los resultados se consiguen en solo 15 minutos y no necesitamos de una gran infraestructura para su realización, aunque sí del personal adecuadamente entrenado para garantizar la seguridad y eficacia de la prueba, que no tienen porque ser obligatoriamente profesionales sanitarios, según acaba de establecer la Comisión Europea.
¿Sirven los “test rápidos de antígenos” para conocer los casos reales por cada 100.000 habitantes?
La verdad es que pueden servir para conocer los “casos positivos” por cada 100.000 habitantes, pero con una importante matización. Mientras que la PCR detecta a todos los casos reales de personas que están infectados por el SRAS-CoV-2, sean asintomáticos o no, los Test Rápidos de Antígenos detectan aquellas personas que aún siendo asintomáticos pueden ser positivos, pero no tenemos la seguridad de que si la prueba es negativa, no sea también una persona asintomática que por lo tanto puede seguir contagiando a su entorno; lo cierto es que esta prueba no sirve hoy para detectar todos los casos asintomáticos, como todos desearíamos. En otras palabras, si nos basamos únicamente en la prueba de los test de antígenos para conocer el numero de casos por cada 100.000 habitantes y la incidencia acumulada, estaremos cometiendo dos graves errores: No estaremos detectando los casos asintomáticos que continúan siendo “contagiadores” y no conoceremos los casos reales de personas infectadas en una población determinada; por ello, no es correcto que nuestras autoridades sanitarias y responsables políticos, sigan comparando los datos entre las diferentes comunidades autónomas, porque unas utilizan las PCR y otras, los Test Rápidos de Antígenos.
¿Cuáles son las verdaderas indicaciones de los Test Rápidos de Antígenos?
Todas las sociedades científicas y el Instituto de Salud Carlos III, han validado esta prueba para poder utilizarla en el diagnóstico precoz de la enfermedad, gracias a su sensibilidad y su especificidad, cercana al 95-98%. Se trata de una prueba sencilla, rápida, eficaz y muy barata, que no supera los 6-8 euros, pero que lamentablemente se está ofreciendo a precios que incluso superan los 80 euros, algo que debería estar totalmente prohibido por el Gobierno.
Es una prueba que nos ayuda a realizar el diagnóstico precoz de la enfermedad, por lo que debería utilizarse en personas sospechosas de padecer la enfermedad, porque tienen algún síntoma o porque han estado en contacto estrecho con una persona enferma; una prueba fundamental por lo tanto para que sea utilizada por los rastreadores en todos los “contactos estrechos” que se deben investigar, y establecer de esta forma el aislamiento necesario pare frenar la transmisión comunitaria.
También se debería utilizar para todos los trabajadores que están expuestas al riesgo de contagio: en todos los centros de salud, los hospitales, servicios de urgencias y emergencias, en todas las residencias geriátricas, tanto a todos los trabajadores como a todos los residentes, a todos los trabajadores y alumnos de los colegios, institutos y universidades, a los conductores del transporte público y a todos los cuidadores, profesionales o familiares, que asisten a cualquier paciente o persona mayor en su domicilio.
¿Se pueden realizar estos Test en las Oficinas de Farmacia?
Desde el principio he defendido que sí, que los farmacéuticos, que deben ser considerados como profesionales sanitarios, pueden realizar estos Test Rápidos Antigénicos en las Oficinas de Farmacia que cuenten con una “rebotica” o despacho que reúna las condiciones higiénicas y de seguridad imprescindibles para realizar la prueba, además de respetar siempre la intimidad de las personas y dentro de un convenio específico con las Consejerías de Sanidad, y con una “estrategia integral”, que incluya como es lógico la protección de quien realiza la prueba para evitar un posible contagio.
La propia industria farmacéutica que fabrica y distribuye estas pruebas, requiere antes de su venta, que quien vaya a utilizarlos cuente con ese protocolo de seguridad, algo que me ha confirmado específicamente Roche. No se trata de vender y hacer negocio como por desgracia tratan de hacer muchos a través de internet, sino de asegurar la eficacia de la prueba y esto se asegura siempre en manos de profesionales y del personal debidamente entrenado.
Afortunadamente, ahora la Comunidad de Madrid defiende que estos Test puedan ser realizados en las Oficinas de Farmacia, pero no cuentan todavía con la autorización del Gobierno de España; la pregunta a la que debe contestar el Gobierno es ¿por qué no? ¿por qué no pueden los farmacéuticos realizar esta prueba? Y si la razón real, al igual que está sucediendo con la administración de la vacuna de la gripe, es por un tema de competencias profesionales, desde luego que en esta ocasión, ante una Pandemia y el grave problema de salud pública al que nos estamos enfrentando, no puede ser un argumento defendible en absoluto. Hoy no caben las luchas profesionales del pasado, porque estamos en un momento en el que “todos debemos remar juntos y hacia el mismo destino”.
Por otra parte, estas pruebas ya se están realizando en muchas empresas, en el Servicio de Medicina Laboral, a los trabajadores que se reincorporan después de un periodo de baja o por otras razones, y por supuesto que ayudan a detectar de forma precoz los posibles casos positivos, y así evitar nuevos contagios.
¿Sirven los Test Rápidos de Antígenos para asegurar una fiesta sin contagios, o par salvar las Navidades?
No, definitivamente no, al menos con el 100% de seguridad. Se están ofreciendo invitaciones a fiestas ilegales y clandestinas, que siguen prohibidas por la legislación vigente en la pandemia, en las que para poder entrar deben hacerse un test de antígenos para estar seguros de que no padecen la enfermedad y por lo tanto ni se pueden contagiar, ni contagiarán. No es cierto, y debería estar totalmente prohibida este tipo de publicidad, porque este test, como ya he comentado anteriormente, no está diseñado para detectar los casos asintomáticos, al menos en el 100% de los casos: una persona puede dar negativo en la prueba, pero puede estar infectado por el Coronavirus y ser asintomático, y por lo tanto puede contagiar al resto de personas que acudan a estas fiestas, además de que como es lógico, tendrá el mismo riesgo de ser contagiada que cualquier otra persona.
Sin embargo, escuchamos a algunos responsables políticos que nos prometen realizar un test antigénico a todos los madrileños para asegurar las Navidades, olvidándose de estas imprescindibles matizaciones y de que lo más importante es asegurar nuestra salud y nuestra vida, que deberíamos valorar más que las Navidades.
A pesar de que estos nuevos test antigénicos nos ofrecen las grandes ventajas que hemos comentado y que son fundamentales para contribuir a frenar la expansión comunitaria del Coronavirus, debe quedar claro que no se trata ni de la panacea, ni de un test de autochequeo que podamos adquirir en una farmacia, o a través de Internet y practicarlo en casa, o en los colegios por parte de los propios alumnos como ha intentado el gobierno de Cataluña. Se requiere de personas adecuadamente formadas para realizar la toma, proceder a la realización de la prueba e interpretarla adecuadamente.
En definitiva, ese pensamiento que escuchamos en algunos medios de que “me hago la prueba antes de ir a la comida con amigos o la familia en Navidad y si es negativo, todos estamos seguros”, solo ofrece una “falsa sensación de seguridad”, porque puede estar pasando la enfermedad de forma asintomática y ser el elemento “contagiador” de la fiesta, que puede convertirse en un verdadero drama familiar.
Jesús Sánchez Martos
Catedrático de Educación para la Salud
Universidad Complutense de Madrid
@jsanchezmartos