El reto de Calleja: Soraya se viene arriba y tumba los tabús del PP

Soraya en acción con Jesús Calleja. La edición de este domingo en Planeta Calleja ha ido más lejos todavía que Pablo Motos en El Hormiguero y ha mostrado a una vicepresidenta del Gobierno a todo trapo y mucho más viva que la imagen institucional. Calleja prometió y cumplió.

Para empezar, el rubio leonés se metió hasta dentro en el complejo de La Moncloa para seguir el día a día habitual de la vicepresidenta, a la que tuteó desde el principio. Y eso incluyó una visita a la reunión con subsecretarios y secretarios de Estado para preparar el consejo de ministros de los viernes. "Vosotros sóis los que curráis", comenzó el aventurero, que acto seguido preguntó a los presentes si Soraya era "buena jefa". "Síiiiii", fue la respuesta de todos. "¡Qué pelotas sóis!", les replicó Calleja.

Con escenas impagables como la de esperar el final de la reunión junto a un electricista de guardia siempre presente por si ocurriera un corte de luz, Calleja paseó por el recinto presidencial. En algunos momentos se pudo ver a la jefa de gabinete de la vicepresidenta, María Pico. Durante el paseo, el de Cuatro no se cortó un pelo al sacar a relucir la Ley Mordaza y otros aspectos.

Calleja regresó un viernes para ver a la vicepresidenta tras el consejo de ministros y la rueda de prensa y lo primero que se encontró fue a José Manuel Soria. "Soria, eres muy grande y me has impactado mucho", le espetó al ministro.

De nuevo otro paseo por Moncloa y una alusión al "señor que vive ahí abajo" por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al que no le hizo mucha gracia, según confesión de la invitada, que acudiese a la cita con Calleja en León en helicóptero.

"Mi perdición es el paz", confesó la vicepresidenta durante el ágape en la casa de Calleja, que le hizo la competencia a Bertín Osborne. Pero no fue hasta después de la comida, con alusiones a los buenos tiempos de la Portavocía del PP en el Congreso y los enfrentamientos con María Teresa Fernández de la Vega, cuando comenzó lo bueno.

Con Calleja a los mandos de un todoterreno la vice se vino arriba. "Dále un poco de alegría a esto que me estoy durmiendo", pidió. Y se la dio hasta el punto de ponerla al volante. Soraya sacó humor mientras se arrimaba el asiento mascullando que "esto es lo que nos pasa a las altas".

El problema es que Calleja no contaba con que Soraya se lanzara a toda pastilla, derrapes incluidos. "Estoy acojonao", reconoció el aventurero, cuyas caras eran toda una declaración.

El reto de Calleja incluyó una búsqueda de setas y un viaje en globo hacia León en el que la invitada señaló la casa donde había vivido. La capital leonesa fue su primer destino como abogada del Estado. Al aterrizar, charla con el piloto, que reconoció ser "catalán, de Igualada e independentista".

Hasta Rajoy se coló en el programa con una llamada de teléfono cuando ambos estaban recuperando fuerzas en Villafranca del Bierzo. "Tengo una vida complicada", le explicó el presidente a Calleja sobre por qué no iba a su programa. También recordó que la localidad había sido su primer destino profesional con veintitrés años y le dio ánimos a su manera a su número dos: "Ella no hace veintiocho kilómetros".

La charla prosiguió mientras Rajoy reconocía estar hablando, viendo un partido de fútbol y leyendo un libro. "Acaba de marcar Neymar", le dijo a Calleja con cierto fastidio en un momento dado.

Durante el tramo del Camino de Santiago llegó el momento de las preguntas puñeteras. "¿Te gustaría ser presidenta del Gobierno?", puso sobre el tapete Calleja. "No", contestó Soraya. "No te creo", replicó el anfitrión. "Yo estoy para ayudar a Rajoy", remachó la vicepresidenta.

Pero la cosa no quedó ahí. "Como me he metido en un jardín hablemos de Cospedal", soltó Calleja, aludiendo a los rumores de enfrentamiento entre ambas mujeres. Soraya estuvo rápida al aludir a "morbo" y lanzarle una pregunta: "¿Y Montoro y Margallo?"

La charla derivó también hacia Rodrigo Rato, la Gürtel, Luis Bárcenas o la caja B del PP, que la vicepresidenta capeó con maña. Al final, abrazo en Cebreiro. "No me puedo creer que haya estado con la vicepresidenta", se despidió Calleja. "Te voy a echar de menos", fue la despedida de Soraya.