Rajoy descoloca a Bertín Osborne con sus preguntas más divertidas
Si lo que quería el presentador era conocer a la persona al margen del político logró su objetivo. El presidente no sólo se dejó ver emocionado al hablar de su madre...
Esta campaña electoral pasará a la historia como la más televisiva y cercana de las nunca vistas. En la que los candidatos mostraron su faceta más amena, divertida y personal. Y Mariano Rajoy se sumó a esta tendencia de combinar política y entretenimiento como el más. Después de arrasar como tertuliano deportivo en COPE arreándole una doble colleja a su hijo Juan que pasará a los anales de la historia político-mediática, el presidente del Gobierno se dejó caer por casa de Bertín Osborne y volvió a dar una buena ración de jugosos titulares. Tan apetitosos como los mejillones al vapor que se preparó en la cocina del cantante, una cita obligada para cualquiera que quiera estar en el candelero en los últimos tiempos.
Una semana después de que lo hiciera Pedro Sánchez, Rajoy llamó a la puerta de En tu casa o en la mía de La Uno de TVE y lo hizo con traje de chaqueta, sí, pero sin corbata y le faltó tiempo para quedarse en mangas de camisa nada más dejarle a Osborne unas botellitas de Albariño gallego y llegar al sofá. Las bromas no se hicieron esperar cuando el presentador le hizo ver que era la primera y seguramente la última vez que un presidente del Gobierno se sentaría en su sofá y su invitado le respondió que no sabía si eso era bueno o malo...
En cuanto comenzaron los primeros recuerdos, llegaron las anécdotas jugosas. Con un padre juez destinado en diferentes lugares, nació en Santiago pero pasó casi toda su infancia en León hasta llegar a Pontevedra ya mayorcito y fue en León donde coincidió en el cole con José Luis Rodríguez Zapatero. Concretamente con su hermano pequeño, que hasta vio en casa las notas del expresidente socialista del Gobierno: "Sacaba muy buenas notas", desveló. La segunda anécdota sonada tampoco se hizo esperar, como buen defensor del deporte para mantener el equilibrio, aprovechó su estancia en un hotel de Johanesburgo durante el funeral de Nelson Mandela para ir al gimnasio y allí coincidió con Obama: "Había un señor en una esquina. Un cuarto de hora después se acercó y era Obama" y en menos de un mes, una delegación española estaba en la Casa Blanca.
Rajoy se emocionó al hablar de su padre de 94 años, que vive con él en La Moncloa, y al que considera una persona tremendamente tolerante y flexible: "De él aprendí a intentar ser buena persona y a tratar a los demás como me gustaría que me traten a mí". Pero si el líder del PP mostró su lado más íntimo y humano fue al hablar de su madre, que murió muy joven, con 61 años (igual que la de Bertín). No es fácil ver a Mariano Rajoy hablar de su madre y visiblemente emocionado se deshizo en elogios: "Era estupenda. Con un carácter muy alegre. Era muy guapa". Si echa algo de menos es que le hubiera visto como presidente del Gobierno: "Ella hubiera quedado muy orgullosa aunque también hubiera sufrido muchísimo". Estaba tan sincero el "presi", como le llamaba el presentador, que no dudó en hablar de la dura y repentina muerte de su hermano por leucemia el año pasado: "Fui el último que habló con él. Iba a ir a verlo y los médicos me advirtieron de que estaba muy mal".
Como la cosa estaba de confesiones, Rajoy también confesó que estuvo a punto de perder la vida en un accidente de tráfico en Palas de Rey (Lugo): "Fue culpa mía. Me caí a un barranco por dormir dos horas y luego hacer un viaje muy largo. Podía haber muerto. Me asusté sobre todo porque no veía y luego ví que era la sangre que me tapaba los ojos. Fue una bofetada estratosférica". Claro que años después todavía sobrevivió a otro accidente que le ha dejado secuelas: el del helicóptero. Desde entonces no se ha vuelto a subir a uno: "No me compensa", dice entre bromas y veras. En ese accidente estaba con Esperanza Aguirre a la que calificó como "personaje".
Bertín Osborne celebró en su famoso sillón que Rajoy fue el único político que no aprovechó para cargar contra la oposición y realmente así fue. No sólo tuvo buenas palabras para Zapatero, sino también para Felipe González ("es un tipo que está muy bien con el que da gusto hablar") y para Alfredo Pérez Rubalcaba ("que se portó como un señor" cuando abdicó el Rey Juan Carlos). Con José María Aznar también limó aspereazas ("coincidir con alguien al 100% sería sospechoso") y desveló que la decisión de elegirle a él como sucesor se la comunicó a todos juntos y a la vez y todo el mundo estuvo de acuerdo en una votación anónima. Sincero como nunca, cuando Bertín le preguntó si se lo esperaba contestó con un rotundo "sí".
Momentazos también los que protagonizó hablando de su mujer, Elvira Fernández, Viri. Se la presentó su hermano Luis en un pub con 37 años y se casó con ella con 42 el día de los Santos Inocentes. No sólo no hubo despedida de solteros sino que además hubo que retrasar la boda por culpa de los Presupuestos Generales del Estado. Todo romanticismo, clamaban los más irónicos en Twitter que subrayaban otra declaración de Rajoy que dio para mucho en las redes: "No he sido de muchas novias, he sido de lo que me dejaban". A las tuiteras más feministas les gustó más que dijera que Viri empezó trabajando en Antena 3 "pero lo dejó porque era un lío". Eso sí, gracias a su mujer es que el presidente se dejó caer por el programa: "Fue ella la que me convenció porque yo tengo una tendencia, que me reprocha todo el mundo, que es no ir a ningún sitio".
En cuanto a sus hijos Mariano (de 16 años) y Juan (de 10) cree que llevan bien la vida en La Moncloa y no le echa cuentas a que un día de repente quieran ser del PSOE: "Peor sería que me salieran de otro equipo de fútbol", bromeó, "lo importante es que sean buenas personas".
El esperado momento de la "cocina" de Bertín tampoco defraudó. Como Rajoy llegó dispuesto a decir toda la verdad, confesó que la empanada gallega con la que se presentó "es una cosa que se inventó mi suegra y tienen la receta allí en Moncloa". La idea de los mejillones hervidos para regar con el Albariño "congelado" del presidente fue del presentador, o más bien de su esposa Fabiola, que le recomendó algo fácil apto para "paquetes". Y aún así, casi no lo consiguen a vueltas con la "inducción" que no eran capaces de encender entre los dos: "Pues me temo que yo te puedo dar un discurso pero no te puedo ayudar con eso". No en vano en sus épocas de "single" era un "crack abriendo latas", concretamente para echárselas por encima a "espaguetis y arroz en blanco", decía socarrón el presidente mientras aseguraba que la empanada que él había traído tenía "muy buena pinta".
No como los mejillones que sirven en Bruselas "presumen pero les echan mil salsas, natas y mantequillas". Y es que si algo quedó claro es que a Rajoy no le gusta como en Bruselas: "En los consejos europeos es el sitio en el que peor se come del mundo. Mucha cosa llena de mantequilla, yo me inflo a pan con aceite".
Aparte de demostrar que él no es como Justino el del anuncio de la Lotería y que a él nadie le guardó el décimo premiado con el gordo allá por 1987, volvió a confesar que es del Real Madrid y del Deportivo y que sus hijos son uno del Depor y otro del Celta.
Y llegó el momento deportivo. Esta vez tocaba futbolín, afición en la que es ducho el presidente del Gobierno, de ahí que Bertín le animara a tomar otro "lingotazo" antes porque me han dicho que "juegas de pelotas". Y llegó el dilema. Uno tenía que jugar con el Real Madrid y otro con el Barça: "Te vendría mejor jugar con el Barça a ti presi. Tienes que hacer más méritos que yo", bromeó el cantante-presentador.
En un ambiente relajado y distendido, Rajoy mostró su cara más divertida mientras "apalizaba" a su anfitrión sin miramientos y le machacaba a preguntas: "¿Quién te cae mejor Pedro Sánchez o yo?", le espetó muerto de la risa: "Sánchez es el invitado que más que ma sorprendido porque ha sido mejor de lo que pensaba y tu no me has sorprendido porque eres tal como pensaba, un tío estupendo", salvó el tipo Osborne. Todavía le quedaba mucho por escuchar: "¿Estás dispuesto a repreentar a España en Eurovisión?", "¿Te parezco tan aburrido como dicen algunos?". Bertín no podía con la risa: "Ni de coña". Y para finalizar, el remate del gallego presidente: "¿Te das cuenta de que llevo unmes preparando este partido y tu no le has dedicado ni un minuto?". Si lo que quería Osborne era dejar de lado al político y conocer a la persona, parece que lo ha conseguido.