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Telecinco se frota las manos con los líos agresivos de "GH VIP"

Lo mejor de lo mejor. El imputado pequeño Nicolás, el condenado Kiko Hernández, el deslenguado Carlos Lozano... y unos concursantes que enseguida presumen de repartir obleas no santas.

Francisco Nicolás vuelve a ser el imputado niño mimado de Mediaset.

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En apenas setenta y dos horas Paolo Vasile ha conseguido que Mediaset, y en concreto Telecinco, se gane el derecho a ser tildada de cadena de imputados gracias a la nueva edición de Gran Hermano VIP. El reality ha venido de lo más completo al respecto, y por no faltar hasta anuncia la presencia de Kiko Hernández, condenado por apropiación indebida, en la casa de Guadalix durante un tiempo.

La decisión de colar al pequeño Nicolás en el concurso, el mejor retribuido de sus concursantes, es otra muestra más del matrimonio explosivo entre una cadena a la búsqueda del morbo y el sensacionalismo y un personaje mitómano a la búsqueda de una oportunidad más mientras carga con imputaciones por usurpación de funciones públicas, estafa y falsedad documental.

El nivel llega a tal calibre que su defensor en plató es, ni más ni menos, que un agente de la Policía Municipal que no ha calibrado bien dónde se metía. O tal vez sí y le salga más rentable. Porque el susodicho se encuentra en estado de baja, y se entiende que si no es apto para trabajar en una cosa, tampoco lo es para andar de contertulio.

Desde luego, el pequeño Nicolás tendrá un peón de brega de confianza, ya que José González, que así se llama el aludido, también está imputado por malversación de fondos públicos, cohecho, robo de material municipal y revelación de secretos. El agente, escolta ful del avispado mercachifle, también le escoltará en los debates de GH VIP.

Con esos mimbres no extraña que Vasile, el hombre que suspiraba por la influencia política, se quede cada vez más solo. Menuda gracia para algunos nombres de la Vicepresidencia del Gobierno, del CNI y de la Policía ver al pequeño Nicolás echándole rostro y llevándoselo calentito. Apología del rostro y la cara dura. Fomentada por Telecinco y compañía.

Todo un ejemplo. Y eso sin entrar en el reparto de "hostias" -de momento, figuradas- de las dos primeras crisis. Al chaval se le calentó la boca cuando Carlos Lozano, para el que cualquier tiempo pasado fue mejor, le llamó "maricón" -muy fino, oigan- y el otro dijo que si no le daba una mano era por estar "en directo". Salvado por la cámara, Lozano...

Suma y sigue con la bronca entre la concejal de Ciudadanos -o no, porque las versiones difieren y Albert Rivera se pone mohíno cuando le preguntan por la cuestión-Carmen López y el vidente Rappel, que también aludió al reparto de obleas no consagradas después de que la primera abandonase, porque le dio la gana, una prueba.

Para que luego digan algunos que GH VIP blanquea a quienes pasan por él. Sí, y fija y da esplendor.