La noche que Nieves Herrero y Marcos García-Montes se derrumbaron
El paso de los padres de Diego- el niño que se suicidó porque no aguantaba el acoso escolar- por el plató de "Detrás de la Verdad" de 13TV dejó momentos tan duros como emotivos.
La carta de Diego, el niño de 11 años que se suicidó el pasado mes de octubre víctima del acoso escolar, estremeció este martes a España entera y removió conciencias. Una noticia que copó parte de la actualidad informativa pero que tuvo su culminación ya pasada la medianoche en 13TV y en el programa Detrás de la Verdad que conducen a diario Patricia Betancort y David Alemán, a cuyo plató acudieron los padres del niño, Carmen y Manuel González.
En el plató se respiraba la tensión propia de las grandes noches. Aunque los padres de Diego habían acudido anteriormente a Televisión Española, lo cierto es que la extensión de la entrevista, el tiempo para expresarse, el formato eran muy superiores al empleado en TVE y tanto integrantes del programa como los propios Carmen y Manuel comenzaron la entrevista muy tensos. Tristes y tensos. Pero con el paso de esos primeros minutos de toma de contacto, de tanteo, el ambiente se fue relajando y las palabras fueron fluyendo. Y al tiempo que avanzaba la charla se iba helando en el plató por la dimensión de lo que narraban unos apenados pero enteros padres.
A punto estuvo de derramar lágrimas Nieves Herrero. Se le escaparon a Patricia Betancort y el tan curtido abogado en temas truculentos, Marcos García-Montes, no pudo terminar de leer la ya tan célebre última misiva del niño acosado. Los padres continuaban dando una lección. Eran con diferencia los más tranquilos de una noche en la que las emociones no se contenían ni siquiera entre los cámaras o en el control de realización, según han relatado fuentes de la cadena a ESdiario. Los padres explicaban entonces que su única intención, "ya que a Diego no lo vamos a volver a ver", es impedir que le pase a otros niños de ese mismo colegio "que sabemos que están pasando lo mismo que Diego ahora mismo".
Había síntomas como una afonía que no achacamos al acoso, pero que ahora con el tiempo conocemos que era debido a una situación de shock terrible
Había síntomas como una afonía que no achacamos al acoso, pero que ahora con el tiempo conocemos que era debido a una situación de shock terrible
La presentadora agarraba la mano, como intentando transmitir el calor que ella necesitaba, a una madre que contaba con naturalidad los dos últimos días de Diego, cómo no habían sido conscientes de la gravedad que a esas alturas habían alcanzado los hechos y que desde luego no tenían constancia del acoso escolar. "Culpaban" a su propio hijo de esa actitud por su "madurez" y por "ser tan bueno que no quería perjudicar a nadie si denunciaba su terrible caso". Entonces el padre, Manuel González, intervenía para apuntar: "Había síntomas como una afonía que no achacamos al acoso, pero que ahora con el tiempo conocemos que era debido a una situación de shock terrible".
El elenco de periodistas y colaboradores del programa participaba menos de lo acostumbrado para escuchar con atención a los dos excepcionales invitados. Tan sólo intervenían para apuntar "el magnífico hijo que ustedes tenían", destacar sus excelentes calificaciones académicas o dar la enhorabuena por la educación impartida al malogrado Diego González. Eran los instantes finales de una entrevista en la que el padre se reconocía cristiano, mostraba un crucifijo colgado de su pecho, y una madre que hacía una petición final: "Que la jueza de Leganés se inhiba para permitir que se pueda investigar el caso". Ahí lo dejaba.