Campos intenta "arrinconar" a Carmena y termina llorando en directo

Había gran expectación por ver el cara a cara televisivo entre la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y María Teresa Campos en Telecinco y, al final, la veterana presentadora le preguntó por todo, también por los temas más espinosos, sí, pero de puntillas. Por algo las entrevistas del Qué tiempo tan feliz son del tipo amable.

Carmena recordó junto a Campos su infancia. "En el colegio me enseñaron mucho, me dejaron crecer y me ayudaron a pensar", dijo la alcaldesa de Madrid. "He sido una persona avanzada siempre. Entrar en la universidad fue descubrir ese otro mundo que no es fácil verlo cuando eres niña. Fue bonito descubrir cosas que nos estaban esperando a nuestra generación", añadió sobre su etapa universitaria. Habló de su boda híbrida (entre civil y religiosa) con Eduardo Leira (al que conoció en la Universidad) oficiada por Jesús Aguirre, el que fuera marido de la Duquesa de Alba, y de cómo dejó de creer a pesar de haber estudiado en un colegio de monjas francesas, mucho más "liberales" de lo que se estilaba en la época.

Carmena superó las preguntas incómodas sobre titiriteros, escraches y Rita Maestre con generalidades sobre el respeto, la convivencia y la no violencia y defendió a su portavoz como una persona "extraordinaria". Se confesó "peleona" y dijo que le recordaba a ella cuando era joven pero cuando Campos le preguntó si hubiera hecho lo mismo ambas optaron por la risa bromeando con que ya no estaban para quitarse la camiseta.

Por lo demás, mucho intercambio de piropos ("está muy guapa, por cierto"), mucha magdalena ("es que me salen muy bien", "a ver cuándo me enseña a hacerlas que a mí nunca me han salido bien"), mucho gazpacho ("estoy absolutamente de acuerdo con usted en que el gazpacho no debería llevar pepino") y algún que otro momentazo con las "canciones de su vida" con que la Campos suele obsequiar a sus invitados.

De hecho, uno de ellos lo protagonizó la propia presentadora. Si lo que quería era emocionar a Carmena con la Zamba de mi esperanza que interpretó su novio Edmundo Bigote Arrocet (canción típica del folclore argentino muy familiar para la alcaldesa, rezaban los rótulos del programa) lo que consiguió fue el efecto contrario. Y es que María Teresa rompió a llorar al escuchar a su novio cantar porque "esta canción es siempre la cantaba siempre mi hermana, que falleció hace poco". Normal que Bigote, además de saludar a Carmena le diera también "dos besitos" a su chica para animarla.