Carlos Herrera se cobra una deuda histórica con Greenpeace y otros ecologistas
Se cumplen tres décadas de la tragedia nuclear más importante de la historia y el comportamiento sectario de algunas entidades “verdes” y pacifistas de entonces ha sido motivo de denuncia.
Carlos Herrera comenzaba su comentario editorial del tramo de las 7 de la mañana recordando la efeméride de los 30 años que se cumplen este martes del accidente nuclear de la central de Chernobyl que costó la vida a más de 25.000 personas y dejó tras de si secuelas que aún hoy se padecen en Rusia, Ucrania o Bielorrusia. Un recuerdo de la fatídica fecha lleno de reproches no ya a la nefasta gestión de la entonces Unión Soviética tras la explosión, sino a las reacciones posteriores que suscitó el más grave accidente de la historia por parte entonces de los tan activos movimientos ecologistas y pacifistas.
Un repaso en toda regla del director de Herrera en COPE a entidades como Greenpeace y otros movimientos ecologistas. Decía Herrera “lo que liberó Chernobyl fue 120 más potente que las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki” y recordaba las trágicas consecuencias en números “todavía hoy hay cuatro millones de personas afectas y antes murieron 25.000 personas y otras 70.000 resultaron afectadas”. Tras un repaso por lo que hoy es la central nuclear “en el año 2000 comenzaron los trabajos de desmantelamiento pero no es fácil poner allí un inmenso sarcófago”, sentenciaba, Carlos Herrera para comenzar a dirigir ya sus críticas a los “verdes”.
Mueren 25.000 personas, se anegan kilómetros y kilómetros cuadrados, se fastidian 3 países y se destrozan las vidas de tantísimas personas y no dijeron ni pío, callados como puertas
Así, se quejaba, “lo que sí recuerdo de Chernobyl, y es algo que me llamó la atención y cuánto nos la sigue llamando a muchos, como en aquel entonces los grupos antinucleares, ecologistas, pacifistas, los profesionales del no news peace and breakfast y estas… no dijeron ni pío”. E introducía entonces el sangrante elemento de contraste que deja en evidencia a estas asociaciones: “oiga, cuando poco antes se había producido una alarma en una central nuclear norteamericana en Harrisburg el griterío mundial que se organizó en todo ello a través de los grupos ecologistas fueron bárbaro. Mueren 25.000 personas, se anegan kilómetros y kilómetros cuadrados, se fastidian 3 países y se destrozan las vidas de tantísimas personas y no dijeron ni pío, callados como puertas”.
Y abundaba, para concluir, el locutor almeriense en ese comportamiento de los ecologistas contando a la audiencia que “hicieron alguna pequeña manifestación de estas genéricas eh, muy genéricas, sin nombrar Chernobyl, sin nombrar la Unión Soviética, sin nombrar nada. ¡Qué tios, qué desahogo!”. Un editorial de Herrera que no se repetiría ya en el resto de tramos informativos del programa, salvo un pequeño recordatorio de lo dicho a las siete, en los comentarios de Carlos Herrera justo media hora después.