Un comentario de la mujer de Pedro Sánchez le roba todos los flashes a su marido
No es la primera vez que Begoña Gómez acapara toda la atención en un debate electoral en el que su marido intenta mantenerse a flote contra todo pronóstico y esta vez no iba a ser menos.
Jornada de resaca de debate en todos los titulares de los diarios. Con las elecciones generales a la vuelta de la esquina y un único debate a cuatro sobre la mesa este martes no se habla de otra cosa. Literalmente.
Concretamente, El Confidencial Digital habla de lo que no se vio en pantalla y de los looks de los protagonistas: "El maquillaje de Sánchez, el sorpasso de Rivera, el remangue de Iglesias y las manos de Rajoy. La Academia tardó en acicalar al líder del PSOE, el presidente de C’s se adelantó en su llegada, sorprendieron el “look desenfadado” del líder de Podemos y los nervios del jefe del Ejecutivo. Por ejemplo los relativos a las indumentarias de los candidatos. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, llegó caminando junto a su mujer, Begoña Gómez, que también le había acompañado en el cara a cara del pasado mes de diciembre. Además, junto al líder socialista estaba su hermano David, director de orquesta. Su presencia llamó mucho la atención entre los periodistas, ya que suele pasar la mayor parte del año en un país nórdico. Sánchez también hizo esperar a los invitados, ya que se acercó a la zona en la que se encontraban los sindicatos. Su irrupción en el photocall fue la más esperada. Todos querían ver a Begoña, que lucía un ceñido vestido negro con estampado de flores y unos tacones altos en tono beige, y posó en el photocall junto a su marido. Su forma de posar no dejó indiferente a los presentes: “Parece una modelo”, comentó algún fotógrafo. Durante el posado, el matrimonio no se soltó de la mano y se dedicaron varios gestos de complicidad".
Por lo demás, este martes no se habla de otra cosa que de quién lo ganó. Según Paloma Esteban en El Confidencial, "el debate entierra a Sánchez y deja el 26-J en un duelo PP-Podemos. Se cumplió el guion. Rajoy presumió de experiencia en gestión, Iglesias polarizó para desplazar a Sánchez, que se 'reactivó' muy tarde. Rivera encontró un espacio para destacar".
En OKDiario Sandra Fernández concluye que "Rajoy sale vivo pese a que Rivera le dejó tocado a él y hundido a Iglesias con la corrupción" mientras, según Libertad Digital, "Rivera sí planta cara a Podemos y gana el debate con claridad. El candidato de C's dominó el debate, con Sánchez ausente. A diferencia de Rajoy, Rivera sí se enfrentó abiertamente con Iglesias".
Alberto Lardiés en El Español incide en que "Rivera saca de quicio a Rajoy con la corrupción y a Iglesias con Venezuela. El líder de Ciudadanos afea al presidente en funciones sus sobresueldos y este le acusa de "inquisitorial". Reprocha a continuación al líder de Podemos que haya cobrado del régimen chavista e Iglesias dice que no se lo consiente".
En VozPópuli José Alejandro Vara apunta que "Rajoy sobrevive sin despeinarse a un fallido tres contra uno. El presidente del Gobierno escapó sin despeinarse al frustrado tres contra uno. Sólo los papeles de Bárcenas, agitados por Rivera, le hicieron trastabillar en un debate en el que mostró solvencia y serenidad".
Para ESdiario "Rajoy se impone en un debate convertido en "guerra civil" entre Sánchez e Iglesias. Apelando a la España en quiebra de hace cuatro años y al logro de haber evitado el rescate, un implacable Rajoy se impuso en un debate inédito que derivó en un enfrentamiento por la hegemonía de la izquierda".
De hecho, según Gonzalo Cortizo en El Diario "la rivalidad entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias da aire a Rajoy en el debate. Sánchez: "Le pido a los ciudadanos que no tropiecen dos veces con la misma piedra de los que piden el voto para el cambio y acaban bloqueando el cambio". Iglesias: "Sr. Sánchez se equivoca usted de adversario".
Claro que Antonio Casado cree en El Confidencial que "Sánchez puso en evidencia a Pablo Iglesias. Hasta en una docena de ocasiones, Sánchez acusó a Iglesias de haberse aliado con Mariano Rajoy para impedir un Gobierno progresista en la fallida legislatura del 20 de diciembre".
Por su parte, Federico Castaño habla en en VozPópuli de "pánico al sorpasso: Sánchez zurra a Iglesias tanto como a Rajoy. El miedo a que el PSOE pierda pie en la izquierda y quede en la marginalidad política condujo anoche a Pedro Sánchez a sacudir a Pablo Iglesias con igual o mayor vehemencia que a Mariano Rajoy. Albert Rivera fue el único que quedó libre de culpas en el discurso del líder socialista".
Yolanda González añade en Infolibre que "Sánchez acusa a Iglesias de impedir un Gobierno progresista y Rivera acorrala a Rajoy por la corrupción. El debate a cuatro entre los principales candidatos al 26-J encerró otros dos duelos paralelos. En la lucha por el votante indeciso, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias rivalizaron por capitalizar el voto de la izquierda. Y Mariano Rajoy y Albert Rivera por marcar las diferencias entre PP y Ciudadanos".
Sea como fuere, Público saca a la luz una nueva encuesta según la cual "el 26-J, el PSOE estaría a 3,3 puntos y a 7 escaños de Unidos Podemos. 2,7 millones de votantes deciden si gana el PP o Unidos Podemos. 1,1 millones de votos separan a la formación encabezada por Rajoy de la liderada por Iglesias, según las estimaciones de JM&A".