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A propósito de las puertas giratorias y los medios…

Está visto que la presencia de políticos en consejos siempre merece rechazo. Lo malo con el periodismo es que siempre hay malvados empeñados en montarse películas.

A propósito de las puertas giratorias y los medios…

Publicado por
J.F. Lamata

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La entrada del ex secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, en el Consejo Editorial de El País, ha despertado una oleada de críticas en una semana marcada por las palabras ‘puertas giratorias’ por el tema Soria. Bien es verdad que la presencia de ex políticos en empresas de medios no es novedosa. Jorge Semprún fue directivo de Diario 16 después de incitar el despido de un director o Carlos Solchaga, tras dimitir por el caso Rubio, fue colocado en el consejo editorial del fenecido grupo Recoletos. Por no irnos tan atrás, el mismo Luis de Guindos era hasta no hace mucho consejero en Unidad Editorial.

Está visto que la presencia de políticos en consejos siempre merece rechazo

Más polémico es que en los consejos de los medios haya políticos en activo (por ejemplo Esperanza Aguirre, que aún era presidenta del PP en Madrid cuando se incorporó al Consejo Editorial de El Mundo o Gabriel Cisneros simultaneó su butaca en el Congreso con un asiento en el Consejo Editorial de ABC).

Está visto que la presencia de políticos en consejos siempre merece rechazo (es sabido que estos carecen de mérito para estar en ninguna parte). Y si hay un sector con autoridad para reprochárselo es el sector medios. Podría citarse el dato de que ha habido muchos periodistas que hacen frecuentes trasvases en el sector de la política. Lo han hecho hasta quienes han llegado a directores como Félix Monteira, Francisco Marhuenda o Ana Pardo de Vera. Pero es diferente. Un político sólo está en política para ‘medrar’. Del periodista que entra en política sólo puede pensarse que va a “aportar” (como fueron los casos de Irene Lozano, Luis Herrero, Ángelica Rubio, Sotillos, MAR, Marful, Carlos Hernández, Salomé García… etc.). Menos sentido tendría que lo reprocharan desde la nueva política (en especial Ciudadanos, de los que se bromea con que ofrecieron puestos a la mitad de tertulianos del país, contado con respuesta afirmativa de algunos casos como Girauta, Cristina Losada, Mari Pau Domínguez).

Lo malo con el periodismo es que siempre hay malvados empeñados en montarse películas

Lo malo con el periodismo es que siempre hay malvados empeñados en montarse películas. Por ejemplo, si un periodista se encarga de la sección de televisión en un periódico y luego acaba de jefe de prensa de una televisión (pongamos Telecinco) o de una productora (pongamos Globomedia) que eran evaluadas en esos artículos que escribía… ¿eso sería una de esas ‘puertas’? ¿O lo sería si unos periodistas que están en la sección deportiva de otro medio publicaran informaciones a favor de determinado directivo y luego acabaran de jefes de prensa del club o de empresas de ese directivo (el Real Madrid, por poner un ejemplo)? Evidentemente no. Son periodistas y cada cual se busca la vida como quiere o puede.

En pisos superiores del sector también hay aguafiestas con ganas de malmeter, aquellos que pensaron en su día que estaba feo que el directivo que durante su etapa al frente de una cadena había favorecido al grupo Endemol (con OT) luego, al acabar su mandato pasara a trabajar para ese grupo. O los que vieron curioso que el mandamás de otra cadena que potenció a lo que entonces se llamaba Grupo Árbol para que realizara sus programas estrella (Caiga Quien Caiga, Qué Me Dices, Médico de Familia…) al terminar sus funciones pasará justo a trabajar para ese conglomerado. O lo de ex directivos de TV3 en Mediapro. ¡Que ganas de pensar mal!

No faltan los que llegan a lo conspiranoico señalando casos en sentido contrario, que el que ha sido jefe de una empresa audiovisual, El Terrat, se ponga al frente de una cadena y durante su dirección fomente a personajes de esa empresa (llegando a mandar a uno de ellos a Eurovisión) y contratando importantes espacios a los socios de la misma. ¿Que son costumbre los trasvases de ida y vuelta entre productores de contenidos y los directivos que seleccionan esos contenidos desde Ramón Colom a Pedro Carrasco? Puede, pero que conste que no tiene nada que ver con aprovechar agendas ni contactos, sería algo tan absurdo como pensar que periodistas son ‘introducidos’ como tertulianos en programas para ‘premiar’ su fidelidad a tal o cual partido.

¡Ya está bien! No se deben atender a tales insinuaciones en un sector de probado prestigio, ni negar el derecho de las empresas a fichar a quien les dé la gana, como cuando Secuoya fichó al ex director de TVE, ahora en Atresmedia. ¿Dedazo? ¿Amiguismo? ¿Puertas giratorias? ¿Pago de servicios? ¡Eso son cosas de los políticos! En los medios sólo cuenta la trayectoria profesional siempre independiente.

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