Cerrar

La periodista que se partió la cara por Rita y otras ex amistades mediáticas

La exalcaldesa de Valencia, como antes le ocurriera a Jaume Matas, ha vivido en primera persona la ruptura de su idilio de años con periódicos y tertulianos que le fueron afines.

Barberá ha ido perdiendo apoyos mediáticos.

Publicado por
J. F. Lamata

Creado:

Actualizado:

Rita Barberá debería dimitir se lee este miércoles como título de un editorial. Lo llamativo es que ese editorial no es de ningún digital progresista, ni de El País o Levante. Ellos también lo dirán, pero ese título corresponde al editorial de Las Provincias de Valencia, nada más clarificador para evidenciar la soledad mediática de la exalcaldesa de Valencia.

Entre el PP valenciano de Rita Barberá y el diario Las Provincias existió durante décadas una indisimulada sinergia. Se consideraba que María Consuelo Reyna –todopoderosa jefa del diario- marcaba la línea editorial del centro-derecha político en Valencia. No faltaron figuras del entorno de Reyna que saltaron a la administración al llegar el PP al poder (por ejemplo el que fuera su marido, Sánchez Carrascosa, pasó de dircom del PP valenciano a director de Canal Nou). Rita Barberá, fundadora de Alianza Popular en Valencia (carné nº4), conocía bien a Reyna, dado que cuando la periodista tomó el mando de Las Provincias en los setenta, Rita Barberá empezaba a ejercía de cronista municipal en la Prensa del Movimiento. Las dos mujeres pertenecían a ilustres familias del periodismo valenciano.

Mucho le debe la ciudad de Valencia a Reyna (como la salvación de El Saler), y también Barberá. En 1991 Rita Barberá se presentó como candidata a alcaldesa de Valencia con malos augurios. En las anteriores municipales, en 1987, los populares habían quedado en tercer lugar, por detrás incluso de Unió Valenciana, el partido que hasta ese momento había gozado del apoyo de Las Provincias. El centro-derecha había sumado mayoría en la legislatura 1987-1991, pero la falta de acuerdo permitió que siguieran gobernando los socialistas. Reyna decidió tomar cartas en el asunto para que aquello no se repitiera y en su despacho en Las Provincias, reunidos Rita Barberá y el líder de UV, González Lizondo, llegó al pacto que permitió que en 1991, la suma de concejales del centro-derecha que aupó a Barberá a la Alcaldía pese a no ser la más votada. Se sellaba así el matrimonio entre política y periódico. La alcaldesa supo ser agradecida y al acabar el mandato de Reyna (1999) fue una de las primeras en intervenir en el especial que hizo Valencia Te Vé para homenajearla.

Las Provincias mantuvo su apoyo al PP en los años de cielo -cuatro mayorías absolutas de Barberá– y de infierno: las sombras de corrupción. El diario El Mundo dedicaba una página completa en abril de 2011 a denunciar cómo Las Provincias silenciaban la presencia de imputaciones en las listas del PP. Ahora las cosas ya no son lo que eran. Las Provincias pide la cabeza de Bárbera y a Reyna, si le preguntan por ella, dice que no le interesa hablar de ‘figuras del pasado’.

Peor le va a Jaume Matas, que ya comprobó hace tiempo cómo sus amigos mediáticos se transmutaban en enemigos. Tertulianos que durante su mandato fueron constantes en la televisión pública balear o estuvieron vinculados a productoras que hicieron caja por esos días ahora le tratan de chorizo para arriba. La Gaceta de Baleares, que tanto esmero puso en defenderle, ya no existe y el que fue su editor no tiene ningún interés en recaer en esa actitud y El Día de Baleares–El Mundo, que antaño fuera señalado como vocero de Matas en el periodo 2003-2007, ahora le despelleja. Su director en esas fechas ahora se presenta como azote contra Matas y tacha de corrupto al que fuera su editorialista Antonio Alemany (condenado como cómplice de Matas).

Idem en la prensa de la otra trinchera. ¿Quién le iba a decir al Matas que en 2007 era presentado por medios progresistas como referente del PP guay centrista – al nivel de un Gallardón o un Piqué– que un lustro después esos mismos medios pasarían a calificarle como referente de lo peor de la política?

Si Rita Barberá evita el banquillo puede que no tenga que pasar lo mismo que Matas, aunque por pronto este miércoles ya ha tenido que escuchar a tertulianos como Bieito Rubido (en COPE) o Pilar Gómez (en Onda Cero) pidiéndola que se largue. Todo un símbolo de lo que le puede caer.