Lluis Llach pone a la prensa catalana en pie de guerra por sectario
El cantautor de "L'Estaca" sigue dando el cante en su etapa como político independentista. Sus últimas declaraciones contra "La Vanguardia" y "EL Periódico" han escocido.
No hay una actitud más reiterada a lo largo de los años por parte de todo aspirante a victimista que el proclamar a todos los vientos que tienes a todos los medios de comunicación en contra. Pasan los años y políticos y periodistas siguen repitiendo ese obsesivo eslogan.
El diputado independentista de Junts pel Sí en el Parlament Lluis Llach ha sido el último en apuntarse a esta vieja costumbre. En una asamblea de la ANC, primero el excantautor insultó al El Periódico de Catalunya diciendo que era "venenoso" y falsamente de izquierdas y luego remató contra La Vanguardia diciendo que era "deficitaria" y "recalcitrante".
Lo curioso es que La Vanguardia y El Periódico apoyan la consulta y en el referéndum, su gran delito para que Llach los falte así es su oposición a una declaración de independencia unilateral. La conclusión de Llach quedó clara en su frase final: "Tenemos al 85% de los medios en contra". Victimismo de primer grado.
El porcentaje suena un tanto desproporcionado desde que todos los periódicos editados en Cataluña –menos las ediciones de El País y El Mundo- firmaron aquel editorial conjunto desafiando al Tribunal Constitucional en 2009 y cuando las páginas de la prensa están llenas de publirreportajes a dirigentes de Junts pel Sí. La última, las dos páginas de publicidad pagada a Raül Romeva en El Punt Avui el mismo día en que Llach hacía su arenga victimista.
Escuchando las dos principales radios catalanas, Rac1 y Catalunya Radio, no parece tampoco que pongan muchas trabas a los propósitos de Junts pel Sí. Catalunya Radio, también ese mismo día, mostraba su lealtad a la causa formulando esta inocente pregunta a sus oyentes: "Están dispuestos a impedir fisicamente que juzguen a Mas, Ortega y Rigau?". Y TV3 ya promociona "el process" hasta en los guiones de sus series de ficción.
Pocos políticos se resisten a presumir de tener los medios en contra. Hoy en día son los de Podemos los no que se cansan de proclamarlo, cuando ha sido el partido político con mayores altavoces mediáticos durante su etapa extraparlamentaria. (Que le pregunten al PACMA, a Equo o a VOX por el trato que tuvieron ellos en comparación). El propio Pablo Iglesias utilizó las cámaras de Mediaset –mientras hacía un gag de parodia de los discursos navideños del Jefe del Estado– para anunciar la fundación de su partido.
Pero el victimismo mediático no es monopolio político. Los líderes mediáticos tampoco evitan la tentación de presumir de tener "al resto en contra". Lemas del tipo "somos los únicos que critican a los poderosos" se han oído, por ejemplo, en El Intermedio y a Federico Jiménez Losantos, pasando por cada digital nuevo de turno.
Lo mismo podría decirse de Fernando Berlín, que presume de ser "la resistencia" y los seguidores de tertulias no pararán escucharle en tertulias políticas de la mañana, del mediodía, media tarde o por la noche cortesía de Atresmedia y Mediaset.
Pero que la realidad mediática no impida que cada tertuliano o político como Llach pueda ejercer el sacrosanto derecho al victimismo mediático.