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Baltasar Garzón echa mano de un juez muerto para sembrar cizaña contra el PP

El exmagistrado de la Audiencia Nacional está en plena promoción de su último libro y aprovechando para saldar cuentas pendientes con los de Rajoy, a los que acusa de casi todos sus males.

Garzón durante su entrevista en "El Intermedio".

Publicado por
J. F. Lamata

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El juez inhabilitado Baltasar Garzón ha vuelto a publicar otro libro y anda de gira por los medios para promocionarlo. Es el segundo que saca la familia Garzón tras su inhabilitación (el anterior lo firmaba su hija y se resumía en dejar claro lo muy facha que le parecía a ésta el juez Prego y lo muy "nauseabunda" que le parecía la juez Margarita Robles (hoy diputada del PSOE, igual que antaño Garzón).

En una entrevista este lunes para promocionar el actual libro en un programa de televisión, Garzón mantuvo su actual tono victimista que ya usó en su libro anterior Un mundo sin miedo. Si en aquel –publicado cuando aún ejercía- acusaba al PP de haberle impedido ser presidente de la Sala Penal de la Audiencia Nacional (el CGPJ escogió a Gómez Bermúdez y no a él) como venganza por las críticas de Garzón a la Guerra de Irak, en la actualidad culpa también al PP de haberle hundido como vendetta por haber sido él quien instruyó la primera fase del caso Gürtel.

En la entrevista Garzón reconoció haber grabado las conversaciones de abogados defensores (lo que hizo en el caso Gürtel, causando su inhabilitación por no acreditar indicios justificados para ello). Para defenderse, acusó al juez que le sustituyó y que falleció en agosto de 2015, Antonio Pedreira, de haber continuando grabando a los abogados sin que se haya actuado contra él, afirmación que se vio acompañada por la conformidad de los entrevistadores. Quizá estos ignoraban (los entrevistadores, Garzón seguro que no) que el abogado que presentó la demanda que acabó con él fue Ignacio Peláez, al que Garzón conoce bien porque antes de ser abogado trabajó con él en la Audiencia Nacional como fiscal. Y resulta que a Peláez sólo le espió Garzón, Pedreira no intervino en ningún momento conversaciones de ese letrado.

Pero el punto más analizable de las declaraciones de Baltasar Garzón es que también se presentó como víctima de los medios de comunicación. Su punto de vista queda algo relativizado si se tiene en cuenta que los medios que han ido a degüello contra el exjuez estrella han actuado en la misma proporción que los medios que le ponían la alfombra. Lo original con Garzón es que "alfombreros" y "acuchilladores" se han ido intercambiado de lugar, según la etapa del juez. Cuando Garzón fichó por el PSOE en 1993, El País le elogió calificando aquella medida de "espectacular" mientras ABC y El Mundo de Pedrojota presentaban a Garzón como un vendido (Garzón tenía precio). Pero pronto la historia cambiaría.

Amigos y enemigos en los medios, un totum revolutum

En la entrevista Garzón se refirió ex director de El Mundo, Pedrojota Ramírez, sin citarle por su nombre, como acostumbra. Si en su libro Un mundo sin miedo habla de él como "esa persona aprendiz de Rasputín…" en la noche de este lunes lo citó como "J. R." (En realidad para Pedrojota no será nuevo que lo comparen con aquel villano de Dallas, ya le llamaban así en los ochenta figuras como García Merás o Fernando Latorre cuando le atacaban desde la prensa de extrema derecha).

Bastó que Garzón rompiera con el PSOE (1994) y les lanzara el caso GAL a la cara para que Pedrojota se pusiera a aplaudir al juez con grandes editoriales (El instructor pertinaz) y a defenderle frente a todo ataque socialista. Mientras que, por el contrario el Grupo Prisa pasaba a posicionarse contra Garzón. Los columnistas de El País, de Pradera a Pérez Royo, desplegaron una gama de argumentos que iban desde tacharle de rencoroso resentido contra el PSOE a insinuar que podía estar cometiendo prevaricación). Los Grupos Godó, Diario16 y Zeta hicieron piña con Prisa y hasta le acabaron superando en el empeño con portadas en las que acusaban a Pedrojota y Garzón de ser un "triángulo" o de que Pedrojota actuaba en El Mundo "al dictado de Garzón".

Pero nada es para siempre, tras el caso Sogecable (en el que Garzón echó un capote a los jefes de Prisa). Garzón dejó de ser el juez "rencoroso" a ser "el juez de la democracia". Pocos cultos a la personalidad fueron tan esforzados como el de Prisa con él a partir entonces en un empeño sólo comparable al que ponía Pedrojota para pasar a demonizarle, acusándole de realizar métodos nazis y diciendo editorialmente que era un "juez indeseable".

Pero nadie se libra de las "evoluciones" con Garzón. El diario La Razón no dudó en pelotear al juez durante su época de justiciero contra ETA otorgándole en portada el galardón de La Razón de Oro que acompañaba con un editorial loando "la independencia" de Garzón. El mismo periódico La Razón que tanto disfrutó con la caída del juez en 2010 titulado en portada Justicia para el justiciero y denunciando editorialmente lo poco independiente que era.

A Garzón se le podrá criticar en su carrera por haber hecho unas cuantas investigaciones que fueron más espectaculares que efectivas (a saber, caso Carlos Goyanes, que acabó absuelto, caso Ynestrillas, que acabó absuelto, caso Telecinco, que acabó con todos absueltos, caso Al Kassar que acabó absuelto, Operación Nova casi todos absueltos, tema Egin similar, tema Pinochet, que acabó sin extradición, caso GAL cuya instrucción fue anulada y sólo salvó que otro juez, Moner, la corroborara… etc). Lo que nadie le negará al exjuez estrella es que ha logrado evidenciar como nadie los cambios editoriales de unos cuantos medios de comunicación.

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