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La obsesión de Pedro Sánchez contra "El País" le ciega e impulsa al abismo

El doctor Maligno, el doctor No, Voldemort, Blofeld y su gato blanco, son hermanitas de la caridad al lado de los malvados empresarios del Ibex que sojuzga España desde despachos oscuros.

Juan Luis Cebrián y Felipe González, en la diana de Pedro Sánchez.

Publicado por
J. F. Lamata

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El doctor Maligno, el doctor No, Voldemort, Blofeld y su gato blanco, todos ellos son hermanitas de la caridad al lado de los malvados empresarios del Ibex, mejor denominados La Horda, que sojuzga España desde despachos oscuros y tienen al diario El País como su correa de transmisión. ¿Los artículos de las tribunas de ese medio son las opiniones libres de analistas? ¡Nooo! ¡Son las órdenes dictaminadas por siniestros empresarios! A juzgar por el análisis y los titulares que Jordi Évole, Ana Pastor, Carolina Bescansa y Gabriel Rufián resaltaban en La Sexta tras la entrevista a Pedro Sánchez en el programa Salvados esa sería la única conclusión posible.

La "gran prueba" para demostrar la existencia de La Horda que oprime a los españoles fue que Pedro Sánchez contó que había mantenido una reunión con periodistas de El País en la que estos le dijeron que si pactaba con Podemos y los separatistas el diario dirigido por Antonio Caño no lo apoyaría. ¿Libre derecho de El País para opinar como le dé la gana? ¡Que nooooooo! ¡La Horda!

El que no compartieran esa opinión demostraba que no eran periodistas. Los de El País pasaban a ser recaderos de La Horda. Las crónicas políticas de Anabel Díez y Rafa de Miguel no las hacen a partir de fuentes y de información periodística, no; según parece son meros títeres de las indicaciones de César Alierta, que les pasa memorandos. Las columnas de Rubén Amón, de Manuel Jabois y hasta los editoriales de José Ignacio Torreblanca no son fruto de sus análisis, se las dicta por teléfono Ana Botín.

Eso sí, podría pensarse que La Horda es un poco rara si su única arma para destruir a un político son dos columnas, una crónica y un editorial. Es probable que hayan desarrollado un complejo sistema a mejorando los Jason Bournes de antaño: artículos con poderes hipnóticos. Debieron de ser esos textos malignos los que hipnotizaron a los más de cien miembros del Comité Federal del PSOE que retiraron su confianza a Pedro Sánchez. Y cuando Podemos unió sus votos al PP en marzo para impedir que Sánchez sustituyera a Mariano Rajoy en La Moncloa seguramente también lo hizo "hipnotizado" por las páginas de Prisa siempre a sueldo de "La Horda".

¿Y desde cuándo la horda es horda?

Eso sí, Pedro Sánchez, no ha aclarado desde cuando La Horda es horda. ¿A partir de qué momento los artículos de El País están al servicio del Ibex? ¿Cuando El País se convertía en el único periódico de ámbito nacional que respaldaba la Ley del Matrimonio Homosexual, La Ley de Memoria Histórica, La Ley del Aborto de Aído, la asignatura Educación para la Ciudadanía y los diálogos de José Luis Rodríguez Zapatero con ETA… ¿ya estaba siguiendo las consignas de la horda bancaria o aún no? Cebrián ya la pilotaba.

El País fue también el periódico nacional que más atacó al Gobierno Aznar… ("El PP abusa del poder en el campo de la libertad de información y en el respeto a las minorías. Hay un deterioro de las reglas del juego como el que tales actuaciones implican no puede dejar de afectar a su crédito", editorial de El País, 2000) ("Aznar ha confirmado su absoluta irresponsabilidad política y su desprecio por las instituciones representativas. (…) Persona de tanta capacidad de división, insidia y rencor", editorial de El País, 2004). ¿Quiere eso decir que a Aznar lo tumbó el Ibex 35? ¿Fue, por tanto la caída de Aznar fruto de esas malvadas campañas de La Horda? ¿Cuando El País se convirtió en el único periódico de Madrid que pidió la dimisión de Rajoy ("Váyase, señor Rajoy", El País, 4-3-2016) lo hacía por órdenes de Alierta? Tampooooco. Si El País ataca a la derecha es "periodismo independiente", sólo cuando ataca a la izquierda es "Horda".

¿Y sobre Pedro Sánchez?

Pedro Sánchez no dedicó ni una palabra a los digitales que le han puesto a parir desde el primer día mientras presentaban a Pablo Iglesias como el gran redentor de la izquierda. Y apenas una tímida alusión a los programas de televisión que le han despellejado. Sólo El País fue identificado como miembro de La Horda que es, precisamente, el periódico que más le apoyó. Por poner ejemplos:

Cuando fue elegido líder del PSOE: "Pedro Sánchez aporta una imagen rejuvenecida, desconectada de los Gobiernos de Zapatero y sin responsabilidad en la línea seguida en la oposición. La oportunidad de renovación existe" (El País, julio 2014).

Cuando Sánchez destruyó a Tomás Gómez contra la voluntad de Susana Díaz: "Pedro Sánchez no ha dudado en apartar al líder de la organización socialista madrileña, en un movimiento que refuerza considerablemente su liderazgo (…) más vale una decisión contundente que aguardar a que investigaciones habitualmente lentas determinen inocencias y culpabilidades" (El País, febrero 2015).

Tras su primer cara a cara con Rajoy en el Congreso: Titular de El País en portada: Sánchez descoloca a Rajoy, editorial: "Sánchez acertó al reivindicar la reforma frente al inmovilismo de Rajoy. Fue uno de los destellos del líder socialista (…) estuvo bien; lo suficiente como para exasperar al presidente" (febrero 2015).

Por no hablar de que El País le presentó como ganador de los debates electorales de los últimos procesos electorales. Alguno podría pensar que Pedro Sánchez ataca al diario de Prisa porque ha dejado de elogiarle y lo echa de menos. ¡Pero quien así piense es que no comprende el grado de maquiavelismo al que llega La Horda! ¡Primero enjabonan a sus víctimas para que se confíen y así sus cornadas duelan más!

Posdata: Puestos a plantear dudas, cabría preguntarse qué es más ridículo: Qué sean políticos entregados a sus argumentarios los que se atrevan a cuestionar de manera insultante la trayectoria periodística de toda la redacción de un periódico o que ese ataque contra un medio sea jaleado por otro medio cuya actitud estas últimas semanas ha sido casi idéntica a la de El País: es decir, opinar libremente (y no con menos vehemencia). ¿Veremos a los responsables de ese medio y satélites, amén a asociaciones apoyar a los periodistas presentados como peleles? ¿O es que ellos comparten la opinión de que todo analista que no comparta determinadas consignas es miembro de La Horda?

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