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Qué calla la Asociación de Anunciantes cuando pide la vuelta de publicidad a TVE

Es la más interesada en que la Corporación pública regrese a un modelo que le generó un agujero de más de 7.000 millones de euros, un debate recurrente pero que no parece tener vuelta atrás.

Lidia Sanz, de la Asociación Española de Anunciantes.

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La Asociación Española de Anunciantes (AEA), que dirige Lidia Sanz, sigue redoblando sus esfuerzos para conseguir la vuelta de la publicidad a TVE. El lobby favorable a ese retorno intenta dar un giro en el sistema de financiación de la Corporación pública, ocultando que ese sistema generó un agujero económico de más de 7.000 millones de euros –un billón de las antiguas pesetas- que a día de hoy tiene que ser cubierto con dinero público de todos los españoles. Pero, ¿por qué?

Las razones de la AEA tienen un objetivo económico: mantener el precio de la publicidad televisiva a la baja. La maniobra consiste en volver a colocar publicidad en el ente público generando un dumping que sitúe los precios publicitarios –ya de por sí muy bajos en España con respecto al resto de Europa- a la baja. Como, por otra parte, ya se estuvo haciendo durante dos décadas.

Los intereses de la AEA buscan crear un freno eficaz a la subida de precios en televisión. Porque ese crecimiento, hasta equipararse con los precios europeos, es una tendencia natural de un sector que durante los últimos años ha visto cómo la crisis económica y el dumping de las televisiones públicas han situado al mercado publicitario televisivo español a una distancia incomprensible con respecto a los estándares de Europa.

Entonces, si los responsables de RTVE, los sindicatos de la Corporación, la propia AEA y hasta el mismísimo Gobierno son conscientes de que la solución del Ente Público no pasa por la vuelta de la publicidad, ¿por qué salta recurrentemente este debate en la opinión publicada? Porque la AEA ha encontrado un aliado en ciertos sectores del Gobierno, que la blanden como una espada de Damocles contra el llamado duopolio (Mediaset y Atresmedia). Así les sirve como gran cortina de humo para no afrontar la verdadera solución de RTVE, que pasa por el control de gasto y no por modificar el sistema de ingresos.

Por otra parte, la AEA es vista con buenos ojos por parte de los competidores más pequeños del sistema televisivo, que ven una oportunidad para alterar de manera artificial el mercado, debilitar al duopolio y mejorar de forma antinatural y a su favor el modo de reparto de la tarta publicitaria.

Quien sabe de esto tiene claro que el Ejecutivo, la dirección de RTVE y hasta los sindicatos han hecho sus números y no salen. Otra cosa es que les interese el debate.

Pero es que además ese retorno publicitario a la Corporación pública abriría otro frente para los gestores gubernamentales. La vuelta de la publicidad condenaría definitivamente el modelo de servicio público actual de RTVE y le obligaría a entrar de lleno en un modelo de lucha de audiencias para conseguir la máxima cuota de audiencia, y por tanto, de mercado. Es decir, que los responsables de TVE tendrían que introducir a la cadena en un modelo de televisión comercial y, por tanto, necesitarían elaborar una parrilla comercial.

El problema de TVE, y es algo sabido en el Gobierno, es su modelo. Un modelo en el que el principal lastre son los gastos y en el que, por ahora, no se atreve a entrar ante el riesgo de quemarse. Pero de momento da carrete para que algunos agiten el espantajo de la vuelta de la publicidad a la cadena pública.