La carta que desnuda la "ignorancia" prodigiosa de Mercedes Milá quema Facebook
La presentadora desató un tsunami de reacciones y críticas al insultar y faltar al respeto a un científico de reputada trayectoria. Pero un artículo que le pone la cara roja está triunfando.
Qué duda cabe de que la cuestionable respuesta de Mercedes Milá en el Chester de Risto Mejide al científico José Miguel Mulet, que osó cuestionar el libro La enzima prodigiosa que defiende la periodista a capa y espada, ha generado un verdadero terremoto mediático.
Que como toda defensa a la argumentación de Mulet, a Milá sólo se le ocurriera llamarle "gordo" provocó un verdadero tsunami de críticas hacia la veterana presentadora dentro y fuera de las redes sociales que, entre otras cosas, afearon que una cadena que se dedica a emitir un programa para combatir el bullying permita que reconocidos profesionales del periodismo recurran al clásico insulto físico cuando algo no les viene bien.
Con este panorama, el artículo que otro nutricionista de renombre, Juan Revenga, ha publicado en El Comidista no sólo es de los artículos más leídos de El País, sino que está arrasando literalmente Facebook y Twitter, donde más de 12.000 usuarios ya le han dado a la opción de compartir con sus contactos en un nuevo episodio de viralidad.
Revenga escribe una "carta abierta" a Milá en la que habla de su "ignorancia prodigiosa" y aparte de afearle que recurra a algo tan cuestionable como atacar un defecto físico para defender una teoría le critica que basara "toda su argumentación en una cuestión que para nada tenía que ver con el objeto de debate".
Ridiculizando a la presentadora, va más allá y se pregunta en voz alta cuestiones como "¿usted podría explicar de manera sencilla, comprensible y a la vez sin dejarse nada en el tintero qué es exactamente una enzima? ¿Podría dar una clase a alumnos de 2º de la ESO sobre enzimas? Fíjese que no le hablo de la universidad y un grado de Biotecnología, como Mulet. ¿Podría, llegado el caso, solucionar las posibles dudas de esos alumnos de 2º de la ESO respecto a la naturaleza de esas enzimas y sus implicaciones metabólicas, funciones, etc? Pues eso. Que manzanas traigo. Manzanas con enzimas, con genes, con cosas".
Sin piedad, Revenga desmonta creencias erróneas como que una persona con sobrepeso no pueda hablar con propiedad de cuestiones relacionadas con la alimentación, como hizo Milá: "¿Acaso no consultaría usted con un oncólogo por el hecho de que este tuviera cáncer; y con un urólogo con piedras en el riñón; o con un endocrinólogo si este padeciera diabetes? ¿Seguimos? Que exista una corriente popular –más bien populista– que postule que la obesidad es solo el resultado de la escasa voluntad del paciente respecto a (no) cerrar la boca o (no) hacer ejercicio me parece lamentable, pero reconozco que es lo que hay y que con eso tenemos que lidiar. Que una persona presuntamente formada y de su nivel incurra en esa asociación de ideas, resulta directamente deplorable".
Después de darle toda una lección, con comas y puntos, negro sobre blanco, sobre La enzima prodigiosa, culmina con un "lo que me parece todo un desacierto es que alguien utilizando su escaparate mediático invoque una enzima que ni existe, ni es prodigiosa, ni nada de nada. Esa enzima es una solemne tontería y es peligrosa".
No sin antes lanzar la traca final con no poca ironía: "Antes de despedirme me gustaría comentarle una cosa. Mis argumentos en contra del bodrio de la enzima prodigiosa son los mismos, en esencia ,que los del profesor Mulet, mido 1,79, peso 76 kg y tengo 47 años… ¿también me va a llamar gordo para defender su postura? ¿O en este caso se va centrar en que tengo un poco menos de pelo que cuando tenía 25, llevo los pantalones arrugados, la barba de tres días o cualquier otro argumento igual de válido cuando se trata de intentar imponer la fe o los intereses de una cadena por encima de la ciencia?".