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Isabel San Sebastián pone la cara roja a Zapatero en una demoledora columna

La periodista ha hecho añicos la imagen del expresidente del Gobierno, en entredicho estos días a raíz de la excarcelación del conocido como violador del ascensor.

Isabel San Sebastián pone la cara roja a Zapatero en una demoledora columna

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Estos días el nombre de José Luis Rodríguez Zapatero ha levantado ampollas en la sociedad a raíz de la puesta en libertad del conocido como "el violador del ascensor", fuera de prisión gracias a que su Gobierno socialista propuso la derogación de la doctrina Parot.

Isabel San Sebastián ha recogido el clamor ciudadano en un dura columna que este martes publica ABC y en la que pone la cara roja a Zapatero porque la "excarcelación prematura de Pedro Luis Gallego condenado a 273 años de reclusión por dos asesinatos y dieciocho agresiones sexuales, no era inevitable".

La periodista recalcan en la columna titulada Asesinos sueltos que "los crímenes perpetrados contra al menos cuatro mujeres por "el violador de La Paz" no eran inevitables, como tampoco lo eran los llevados a cabo por otros tres depredadores sexuales liberados tras la derogación de la doctrina Parot. Todo ese dolor, esa humillación irreparable, ese daño infligido a personas absolutamente inocentes tiene su origen en una decisión política que aunó injusticia e irresponsabilidad con el único fin de satisfacer la exigencia de una banda terrorista y pagar el precio de su "cese definitivo de la violencia". Esa es la triste verdad".

En este sentido recuerda que "José Luis Rodríguez Zapatero negoció con ETA un acuerdo de "paz" basado en la claudicación y la mentira. Un pacto tan vergonzoso como vergonzante (de ahí los constantes embustes) que incluía la puesta en libertad de los más sanguinarios asesinos de la banda, muchos de ellos condenados a penas centenarias. A fin de liquidar el mecanismo establecido por la Justicia española para obligar a esas bestias a cumplir cuando menos los treinta años de reclusión fijados como tope máximo en la Ley, el entonces presidente del Gobierno envió al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo a su fiel escudero, Luis López Guerra, con instrucciones claras: convencer a sus compañeros togados de que revocaran la mencionada "doctrina".

San Sebastián resume que "llegó después al poder el PP e intentó (o fingió intentar) dar la vuelta al veredicto, aunque fracasó en el empeño" y "soltaron a criminales de diversa ralea en comandita, mezclando asesinos terroristas con asesinos violadores, a fin de disimular el pacto de la infamia que motivaba la salida en masa de semejante gentuza".

En este sentido, concluye rotunda que "el "violador del ascensor" no debería volver a ver la luz del sol, si en España rigiese algo parecido a la Justicia. Pero la verá. Aquí todo es siempre política, con minúscula".

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