La presunta hija de Dalí desvela a Ana Rosa su macabra forma de conseguir ADN
En juego una herencia de incalculable valor. A juicio de los expertos, un "voyeur" que no mantenía relaciones sexuales. Y como protagonista, una pitonisa televisiva con pasado judicial.
Se salga con la suya o no, lo cierto es que ha logrado poner patas arriba la imagen que hasta ahora se tenía de Salvador Dalí y puede poner en jaque la incalculable herencia del pintor.
Pilar Abel asegura que su madre conoció a Dalí cuando servia en una casa de Cadaqués y que de aquella amistad surgió una relación clandestina de la que nació ella. Tras su denuncia, un juzgado de Madrid ha solicitado la exhumación de los restos del pintor para realizar un análisis genético que confirme si Dalí era o no su padre. Una posibilidad que la mayoría de expertos ve bastante improbable.
Antes de que se solicitara la exhumación, contra la que la Fundación Dalí va a presentar un recurso, Abel dice que ya se había realizado pruebas de ADN hasta entres ocasiones previas. Una de ellas las pudo comparar con la máscara mortuoria del pintor que dice tener en su poder, pero lamenta que jamás ha recibido los resultados de las mismas, tal como le contó entre lágrimas a Ana Rosa Quintana en Telecinco.
Por eso para la jueza no queda otra que volver al Teatro Museo Dalí de Figueras y exhumar los restos del pintor, allí enterrados. Aunque tiene varios testigos que avalan su demanda, es la única manera de averiguar si Dalí es realmente el padre de esta mujer. "Me enteré por mi abuela, un día yendo por la rambla me dijo que sabía que no era hija de su hijo, que era hija de un pintor famoso", explica, "pero que me quería igual".
No opinan los mismo los expertos, que consideran que una relación así era muy poco probable: "Él era un voyeur, no mantenía relaciones sexuales sino que le gustaba mirar a otras personas, lo que más le gustaba era mirar a su esposa, a Gala, que se llevaba amantes a casa", señala Pablo Ortiz de Zárate.
Claro que hay una jugosa e incalculable herencia en juego, que actualmente está en manos del Ministerio de Hacienda y de la Fundación Dalí.
Cabe señalar que la demandante ya tiene un famoso historial judicial a sus espaldas. Después de trabajar ocho años echando las cartas como pitonisa en la Televisión de Gerona, a finales de 2005 Pilar Abel copó algunos titulares al querellarse contra el escritor Javier Cercas. Según su denuncia, se sintió identificada con la pitonisa de la novela Soldados de Salamina y se vio lesionada en su dignidad por algunos comportamientos del personaje. Entonces aseguró también que el vestuario de la Jasmine de ficción (minifaldas ajustadas y tacones de aguja) coincidía con el suyo, coincidencia que hacía extensible al "pelo oxigenado".
Aunque Abel reclamó 600.000 euros en concepto de indemnización, la juez del juzgado de instrucción número 4 de Gerona resolvió que Conchi, la pitonisa de la novela no podía identificarse con la pitonisa de carne y hueso de Gerona y archivó la denuncia en enero de 2009.