Desvelan por qué se suicidó realmente la popular bloguera de caza Mel Capitán
La revista "Jara y Sedal", en la que colaboraba, publica un editorial duro contra la prensa y los animalistas que la perseguían. Pero no fueron estos los que le llevaron a quitarse la vida.
Mel Capitán en una de sus múltiples imágenes en redes sociales.
Ni después de muerta dejan algunos animalistas tranquila a Mel Capitán, la cazadora y bloguera de la edición on line de la revista Jara y Sedal que se suicidó el miércoles en una granja de Huesca.
En los últimas horas sus perfiles en redes sociales, donde se hizo muy popular, se han llenado de insultos a la joven de 27 años. Que, según denunciaba este viernes el editorial de la revista en la que colaboraba, "fue víctima de esa criminalización que muchos medios de comunicación se empeñan en asociar a esta práctica que todos llevamos impresa en nuestro código genético".
"Y lo sufrió en primera persona como nadie. La insultaron, la acosaron, le dejaron notas en el coche, acudieron a su centro de trabajo para que la despidieran, la amenazaron…", enumeraba.
No obstante, no fueron las presiones de los animalistas las que le llevaron a quitarse la vida, como en un principio contaron algunos medios. Jara y Sedal ha revelado que Mel se suicidó por motivos personales.
"Tal y como aseguran sus amigos más cercanos tomó esta fatal camino por temas de índole personal, y así se lo hizo saber a algunos de ellos, a los que llamó para despedirse horas antes de subirse en su coche y dirigirse hacia una granja de Huesca para poner punto final a su vida. Nadie ni nada pudo detenerla", se lamentan en la revista.
Lo sorprendente es que sólo dos días antes escribió un post en Facebook en el que se declaraba enamorada de la vida.
Los responsables de la revista han aprovechado para ajustar cuentas con animalistas y medios de comunicación que "día a día muestran la caza rodeada de connotaciones negativas, e incluso delictivas".
"Mel era tan grande que su marcha ha generado un gran eco en el mundo animalista. Como era de esperar, la podredumbre moral y humana de aquellos que se esconden detrás de un teclado para, dicen, defender a los animales, ha esparcido su porquería mental por las redes". "Hasta siempre, amiga", se despiden de ella.