Alfonso Ussía alimenta la polémica con su artículo más duro sobre los musulmanes
El periodista ha sobrepasado la línea de lo políticamente correcto para escribir lo que muchos no se atreven ni siquiera a pensar en voz alta. De "nena cagona" para arriba.
Días después de un artículo publicado por Alfonso Ussía en La Razón sigue generando polémica y un agrio debate sobre los musulmanes que residen en España, un numeroso grupo de los cuales llenó de sangre y terror Las Ramblas de Barcelona y el Paseo Marítimo de Cambrils.
El periodista no se ha mordido la lengua a la hora ironizar y ofrecer datos alejados de lo políticamente correcto después de la masacre al hablar de los "más de 1.500.000 de musulmanes en España. Y miles de mezquitas, escuelas del odio". Con doloroso sarcasmo ironiza con las "miles de manifestaciones por las calles de las ciudades y pueblos de España. Intensas oraciones en las mezquitas por los inocentes asesinados. Alá tiene que estar tarumba de gozo con tanto amor y cariño. En la gran mezquita de Madrid, es tal el recogimiento de los orantes cara a La Meca, que se han olvidado de las víctimas de Barcelona".
Sin medias tintas, Ussía escribe que "ese millón y medio largo de musulmanes en España, de tanto rezar a Alá no se ha apercibido aún de que han sido acogidos en una nación que no es la suya, con unos principios y valores que no son los suyos, con una ingenuidad que ellos no tienen, y con unas costumbres que los musulmanes no consideran respetables. Mientras las autoridades les dispensan toda suerte de documentos y ventajas en perjuicio de muchos españoles, ellos rezan a Alá. En Madrid, la relación de beneficiarios de viviendas protegidas es digna de ser repasada. Por cada español que accede a una vivienda pagada por los impuestos de los españoles, diecinueve musulmanes que no han pagado nada se quedan con ellas. Y rezan, pero no agradecen. Y rezan, pero no aceptan nuestras costumbres. Y rezan a Alá, y Alá les ordena que maten a los infieles. Y algunos pocos le obedecen, mientras el resto del millón y medio de musulmanes que han recibido cobijo en España, calla. Gracias por tanto cariño, gracias".
A su juicio, "aquí –en Europa–, seguimos alimentando, mimando y cobijando a quien desea nuestra muerte. A quien, en su interpretación violenta del Corán, obedece las sugerencias de Mahoma, el profeta de Alá, y busca el paraíso a cambio de asesinar a unos cuantos infieles. En Europa, sus dirigentes no se han enterado todavía de qué va la cosa".
En opinión de Ussía, "de todas las regiones de España, Cataluña es la que más amor y confianza ha ofrecido a los musulmanes, que allí superan el número de quinientos mil. Pujol abrió la mano a la inmigración árabe en perjuicio de la sudamericana. Ésta hablaba español. Y la musulmana también habla español, pero en ese detalle de futuro no reparó Pujol. Resulta ridícula la falsa bondad de muchos españoles interpretando el Corán. «Es un libro de paz». Nadie interpreta la Biblia y el Nuevo Testamento desde la violencia y el crimen. Pero el Corán no parece tan diáfano como nuestros libros sagrados".
Para finalizar, concluye desafiante con que "estamos, en toda Europa, en la frontera de la rendición. Nuestro continente, tan avanzado en los derechos humanos y la libertad plena, es una nena cagona respecto a la invasión yihadista. Y no hay tiempo por delante para reaccionar. O se reacciona o se muestra la bandera blanca de la capitulación. Eso sí, sin olvidar la emoción que hemos sentido los españoles por las sinceras y numerosas palabras de repulsa y consuelo de la comunidad musulmana cobijada y prohijada en España. ¡Qué floración de sentimientos!".