Sostres pone la puntilla a la imagen "idílica" del jefe de los Mossos
Su afán de "protagonismo" y "egolatría" le han jugado más de una mala pasada y sus hombres no parecen dispuestos a quedarse callados mientras les arrebata los méritos y se cuelga medallas.
El jefe de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, sigue en el ojo del huracán de la polémica y este domingo fue Salvador Sostres el que le puso la puntilla en un artículo demoledor publicado en el diario ABC.
Según el periodista, "la imagen idílica de Trapero como líder natural de los Mossos d’Esquadra no puede distar más de realidad. La mayoría de sus subordinados le teme más que le quiere y le consideran arrogante, autoritario, incapaz de reconocer los propios errores e implacable a la hora de atribuirse los méritos ajenos. Por su humilde extracción social -no deja de ser visto como un charnego de Santa Coloma- la cúpula de la policía de la Generalitat vivió su nombramiento con contrariedad y despecho".
Más aún, Sostres apunta que su nombramiento se pueda deber a "un pago a estos servicios prestados" "por haber dedicado muy buena parte de su trayectoria a la investigación y especialmente a la investigación criminal sin haber destapado ninguno de los muchos casos de corrupción de Convergència ni de sus socios de Unió".
Asegura que "el Major de los Mossos es ambicioso, serio, poco generoso, confía en muy poca gente y muy poca gente confía en él. Desde hace muchos años su lema es que "no quiero tener amigos porque algún día llegaré a jefe de los Mossos y no quiero deber nada" y es verdad que amigos no tiene demasiados, hasta el punto de que no ha tenido el apoyo de los sindicatos de la cúpula de los Mossos (Sicme y Copcat) ni en sus últimas disputas con la Prensa ni en la crisis de credibilidad que ha sufrido al negar que hubiera recibido un aviso de atentado de los Estados Unidos, cuando se ha demostrado que efectivamente lo recibió".
Critica Sostres el "afán de protagonismo" y la "egolatría" de Trapero y cree que sus hombres no están precisamente contentos con él: "Los Mossos consideran que los verdaderos héroes del 17 de agosto fueron los agentes que se jugaron la vida para detener y abatir a los islamistas implicados en los ataques terroristas. Muchos de ellos estaban de vacaciones y regresaron sin esperar a que se les requiriera, para trabajar sin descanso hasta que el último yihadista cayó. Que de todo este esfuerzo y riesgo hayan quedado las camisetas con la cara de Trapero por una disputa lingüística con un periodista holandés no es motivo de ninguna alegría para unos agentes que una vez más ven como su jefe se atribuye y se beneficia de sus méritos".
Por si fuera poco, "su autobombo y autoindulgencia contrastan claramente con la dureza con que riñe a sus agentes si no está satisfecho con ellos. Sois unos indigentes intelectuales, llegó a decirles no hace demasiado tiempo".
Y luego "las imágenes en casa de Pilar Rahola, compadreando con el presidente Puigdemont entre esteladas y gintónics, acabaron de retratar a quien siempre ha sido un salta-taulells con más afán de notoriedad que conciencia de de sus limitaciones. El protagonismo que en los últimos días ha adquirido, mezclado con la desesperación de lo que queda de Convergència, ha llevado a algunos dirigentes del partido a considerarle como posible candidato del partido a la alcaldía de Barcelona. Algunos Mossos consultados dicen se equivocaría si aceptara "pero como se cree que es Dios, vete a saber qué hace". De presentarse, se cerraría el círculo desde que el gerente de la fundación Jordi Pujol presionó hasta lo indecible para que le nombraran comisario jefe".