Almudena Grandes hunde la imagen de dura de Forcadell en un artículo humillante
Hasta ahora lo normal era leer análisis demoledores sobre la figura de la presidenta del Parlament, pero la escritora ha provocado cierta revolución al dedicarle la columna que más le duele.
Estos días han proliferado los artículos críticos hacia la figura de la presidenta del Parlament catalán por saltarse la ley a la torera en su carrera suicida hacia el independentismo. Artículos críticos, duros, demoledores contra Carme Forcadell.
Sin embargo, el que ha escrito Almudena Grandes en El País hunde su imagen por motivos bien distintos. Los que más le pueden doler a Forcadell, que cultiva su imagen de "dura" desde hace años.
A Grandes, Carme Forcadell le da pena.
Y es que a juicio de la escritora en el artículo que este lunes de Diada seguía siendo de los más compartidos en Twitter "hace falta valor para que la presidenta de una cámara se oponga al criterio de sus propios letrados y pase por encima del dictamen del Consejo de Garantías cuyas decisiones está obligada a acatar", sí. "Se lo reconocería si la tirantez de su gesto, el fanático brillo de sus ojos, no clasificaran su coraje en una categoría en la que no encuentro nada admirable", añade.
Sin embargo, y "a pesar de todo", señala, "con su inofensivo aspecto de pajarillo y su voz de maestra de Primaria, Forcadell no me resulta odiosa. Aunque no sé explicar muy bien por qué, lo cierto es que sobre todo me da lástima, tanta como la imagen de un hemiciclo medio vacío en el que se canta un himno acompañado por el clamoroso silencio de muchos bancos vacíos. Es difícil concebir una imagen menos heroica, menos prometedora de un futuro feliz, pero su patetismo no adelgaza las responsabilidades de Carme Forcadell".
Según Grandes, "al atropellar los derechos de la oposición, incumplir el reglamento e instalarse en la ilegalidad, ella le ha dado a Rajoy, uno de los principales culpables de la fractura de la sociedad catalana, la oportunidad de quedar como un hombre de Estado, generoso y mesurado. No me parece un pecado menos imperdonable que los demás".