Hunden al Rey con una brutal comparación por su actuación en Cataluña

"No es de recibo ni serio aprovechar que 'el Pisuerga pasa por Valladolid' para responder al intento de golpe de Estado en un acto cultural. Eso se hace, señor, desde el despacho de La Zarzuela y precedido con las notas del himno nacional, como hizo su padre cuando el otro golpe de Estado, el del 23F, de muchísima menor importancia", de esta forma se expresa Jaime Peñafiel en su sección 'CHSSS...' en la revista LOC.

El cronista de las Casas Reales "incendia" de esta manera La Zarzuela al comparar la actuación, sobre el desafío soberanista procedente desde Cataluña, del actual Rey Felipe VI con la que hiciera su padre, Juan Carlos I durante la intentona de golpe de Estado el 23 de febrero de 1981.

Un comentario que coincide con algunas críticas que en privado se han podido escuchar durante las últimas semanas en diversos círculos políticos pero que hasta ahora no había quedado expresado, al menos de manera tan clara, negro sobre blanco.

Por si fuera poco, el artículo echa más leña al fuego porque Peñafiel arremete también contra la Reina Letizia a raíz de su trato con la prensa. El periodista habla sobre la Reina, a la que califica como "inefable consorte" y considera "no tiene arreglo". Critica que "partiendo de la libertad ilimitada que tiene, suele caer en el despotismo sin límites. Su desprecio por el trabajo de la prensa no le impide, luego, buscar su estima cuando le interesa. Debería saber que nadie existe con el derecho de despreciar a los demás. Su actitud, el pasado lunes, escondiendo a sus hijas, no es de recibo".

Además añade que "la presencia de las niñas apenas se vislumbraba tras los cristales oscuros del coche que conducía su madre. Eso sí, sonriendo. Devolvamos a este gesto su auténtico significado: tal parecía se burlaba de los fotógrafos. Pero donde las dan... Y miren ustedes por dónde, en el interior del colegio de Los Rosales había, no una cámara sino algún teléfono móvil que captó varias imágenes de Leonor y Sofía contraviniendo las estrictas órdenes de Letizia. ¡Menuda es ella! Estas fotografías han aparecido en varias revistas".

Y concluye: "A lo peor, la consorte cree que está educando bien a sus hijas cuando les está enseñando a ser, siempre y en todo, esencialmente engañosas. Y además, a practicar el disimulo, ese arte de los reyes. Y a fingir. ¡Pobres niñas! Por algo será que en las casas reales europeas Letizia no goza de mucha simpatía. Seguramente porque se comporta de forma diferente al resto de sus colegas. Y un consejo, si me lo permite: mejor no con los vaqueros que vestía cuando llevó a sus hijas al cole. ¡Le favorecen muy poco sobre todo por detrás! Ya me entienden...".