Jorge Javier Vázquez vuelve a explotar contra Marichalar y da donde más le duele
A Vázquez no le ha debido de gustar que filtrara lo que cobró en Telecinco ni lo que pretendía hacer con ese dinero y ha atacado directamente a una capítulo oscuro de su pasado reciente.
El pasado Sábado Deluxe tuvo un protagonista inesperado: Álvaro de Marichalar. El excuñado de la Infanta Elena y hermano de Jaime de Marichalar abandonó el plató de Telecinco después de que Jorge Javier Vázquez decidiese echarle al grito de: "Eres un maleducado, Álvaro, adiós".
Una situación incómoda para todo el público tras la cual las redes se inundaron de comentarios a favor y en contra de Jorge Javier. Álvaro agradeció en Twitter el apoyo recibido por algunos usuarios: "Agradezco de corazón el noble apoyo que estoy recibiendo de muchas personas", y explicó qué tenía pensado hacer con el dinero ganado en su brevísima intervención: "Yo no quería ningún dinero para mi persona, pero esa cantidad quería yo dividirla en tres partes iguales y donarla a los huérfanos de la Guardia Civil; al Patronato de huérfanos de la Policía Nacional y a la viuda e hijo del Capitán Borja Aybar; piloto del Ejército del Aire (donde serví como Voluntario durante dos años cumpliendo mi Servicio Militar desde octubre de 1979 a septiembre de 1981) fallecido el pasado 12 de octubre en Acto de Servicio".
Ahora, Jorge Javier ha utilizado su blog en Lecturas para ratificarse en su decisión de expulsar a Marichalar de Sábado Deluxe: "Expulsé del plató a Álvaro de Marichalar. No me arrepiento, lo volvería a hacer. Sobre lo exasperante que puede llegar a ser, por favor, buscad en Google la experiencia que vivió con él la periodista Sabina Urraca en un BlaBlaCar. Oro puro".
Se trata de uno de los episodios más polémicos de su pasado y que menos le gusta recordar al hermano de Jaime de Marichalar: el texto titulado Pesadilla en Blablacar en el que Urraca cuenta su viaje con él con todo lujo de detalles y no sale precisamente bien parado. "Sacó su teléfono y comenzó a encadenar llamadas, presentándose. Gritaba mucho y no dejaba de hablar de negocios, marcas, inversiones y de Soria. Era todo muy disparatado. No era nada discreto y, desde luego, resultaba imposible no oírlo. También fue imposible volver a hablar. Cuando colgaba el teléfono continuaba su monólogo echándose flores: que si era aventurero, empresario...", señala entre otras lindezas.
Según Urraca fue "incapaz de pararle los pies a este señor. Por eso lo escribí todo en este artículo".