Iglesias maneja un jaque mate en Cataluña que le dejaría en una situación ideal
Antonio Martín Beaumont analiza la última de Podemos: Si se diera esa distribución de piezas en el tablero su líder se colocaría en una situación inmejorable. Le habría tocado la lotería.
Poco a poco la estrategia de Ada Colau empieza a dejar de tener secretos para los analistas políticos de cara al 21-D. Antonio Martín Beamont, por ejemplo, señala este martes en La Razón que la alcaldesa de Barcelona juega a trabajar "con dos visiones de futuro: una cámara autonómica muy fragmentada y su condición de bisagra, pudiendo inclinar la balanza hacia el bloque independentista o hacia el constitucionalista. Más aun teniendo en cuenta que según algunos demóscopos se prevé una participación que alcance el 85% y que podría arrojar un empate técnico entre bandos. De ahí que la estrategia de los comunes sea situarse como “tercera vía”, en medio de la polarización, apostando por el referéndum pactado".
Aunque la carrera es compleja, "la confianza depositada en el tirón de la alcaldesa de Barcelona y en una presencia muy medida del propio Pablo Iglesias en ciertos mítines, les lleva a creerse en disposición de superar tanto al Junts per Catalunya de Puigdemont como incluso al PSC de Iceta". Vamos, que "se sienten la guinda del pastel" y ya piensan en "la reedición de un Govern tripartit, a semejanza del alumbrado por Pasqual Maragall o por José Montilla (PSC, ERC e ICV)".
Claro que esta alternativa de gobierno, a día de hoy, tiene un gran problema: "La negativa de Miquel Iceta y del propio Pedro Sánchez a facilitárselo a los republicanos, que han cruzado demasiadas líneas rojas".
Aunque en Cataluña el mando sobre Podemos lo tiene Colau, "Iglesias, cada vez más lejos de Sánchez y más cerca de Oriol Junqueras, es consciente de que los socialistas pueden acabar dinamitándole su pacto tácito: ese pretendido ecosistema político que sueña con recrear en estos trascendentales comicios".
Y esta es una de las grandes incógnitas que planean sobre Cataluña y que, según los sondeos publicados, no podrá ser despejada ni siquiera en la noche electoral: "El estrecho margen para la duda sobre las intenciones últimas del PSC de mantenerse alejado de ERC ha hecho aflorar en la mente de Iglesias la aspiración de convertir a su amigo Xavier Domènech en presidente de la Generalitat por una carambola del destino".
En este sentido, "el planteamiento de Iglesias está claro: si el PSC se resiste a emprender un camino junto a los independentistas republicanos, una entente cordial entre los socialistas, C´s y PPC suena igualmente a quimera. El secretario general de Podemos no valora que en Cataluña el rojo socialista pueda llegar a combinarse con el azul popular".
Según Beaumont, "la dificultad de conformar una mayoría parlamentaria y el juego de vetos a distintas bandas, los tiras y aflojas, los recelos y los contactos cruzados, pueden conducir a un bloqueo para la formación de Gobierno. Y Domènech, según el análisis pablista, es el hombre para desencallar el impasse. Tal hipótesis se le ha pasado por la cabeza al interesado, según me consta por fuentes próximas al candidato de Catalunya en Comú".
Sea como fuere, "si se diera esa distribución de piezas en el tablero pondría a Iglesias en una situación inmejorable. Le habría tocado la lotería. Porque recuperaría una pegada dentro de sus siglas que ha perdido ya y volvería a ponerse en línea de salida en la lucha por la hegemonía de la izquierda. Cataluña ha provocado el distanciamiento de Iglesias y Sánchez, pero después del 21-D, según el resultado, en Podemos no descartan que pueda regresar el tiempo del entendimiento. Desde luego, ambos líderes comparten algo: que son imprescindibles los consensos entre ellos si quieren sacar al PP del Gobierno en las próximas elecciones generales".