Tensión en el PP: Margallo se pone ante las cámaras de Cuatro y desafía a Rajoy
El "verso suelto" del PP en el Congreso ha lanzado un auténtico misil contra la línea de flotación del presidente, empeñado en que nada cambie. Y en ese nada se incluye la Constitución.
Desde hace tiempo el exministro José Manuel García Margallo se pasea por los medios de comunicación erigiéndose en portavoz autorizado del PP y tiene a la dirección de su partido bastante harta.
La última del extitular de Asuntos Exteriores, un verso suelto a decir de sus compañeros, fue entrar este jueves en Las Mañanas de Cuatro para lanzar un auténtico misil contra la línea de flotación de Mariano Rajoy. A cuyo grupo parlamentario en el Congreso pertenece el diputado García Margallo.
Con todo lo que se ha dedicado el presidente del Gobierno a enfriar la reforma constitucional, su lenguaraz diputado se puso delante del micrófono de Cuatro para anunciar que España entra en un "tiempo de reformas" y que "probablemente" la primera sea, precisamente la de la Constitución.
Pero García Margallo fue mucho más allá y, como una metralleta, enumeró cuáles son las cosas que han de cambiar en la Carta Magna.
"Es obvio que lo que ha pasado en Cataluña tiene que ver con el problema de la organización territorial", señaló el exministro.
"Tenemos un Senado que no funciona, que no es foro de discusión entre las distintas comunidades y el Estado", sostuvo. Acto seguido habló de una delimitación "clara" de las competencias, porque la que hay "se hizo de forma muy provisional".
Después afirmó que España necesita una ley de lenguas "que cubra el vacío entre el artículo 3 y las leyes autonómicas, y ahí ha habido una fuente de crispación". Y por último remató: "Faltan los principios de financiación y un título entero sobre la Unión Europea".
Lo que no dijo es que todo ello era una opinión personal, porque lo último que ha dicho Rajoy al respecto de la reforma de la Constitución es: "Hay cosas más importantes que hacer".
No obstante el episodio de este jueves es una muestra más de la tensión que se respira estos días en el PP, con el presidente empeñado en que nada cambie y los populares pidiendo a gritos sordos que reaccione tras el desastre electoral en Cataluña.