Rebelión en la prensa: Pedro Sánchez enfada hasta a La Sexta en sólo 20 días
Por primera vez en democracia, un presidente del Gobierno va a ofrecer sus tres primeras ruedas de prensa fuera de España. La transparencia que se prometía parece que no llega.
Entre los periodistas que cubren habitualmente la información sobre el Gobierno, el PSOE o el Parlamento, existe un creciente malestar que linda ya con la indignación por la nueva política de comunicación impuesta por Pedro Sánchez desde que el pasado 2 de junio prometió ante el Rey su cargo como presidente del Gobierno.
Tras 20 días de silencio público, roto tan solo por su entrevista pactada en RTVE, se da la circunstancia de que los periodistas no han podido aún preguntar a Sánchez por los principales asuntos de actualidad. No se paró con ellos este martes en los pasillos del Senado y ha rehuido también a los informadores -ni siquiera en un corrillo informal como suele ser habitual- en el Congreso.
Pero lo que más ha molestado a los informadores, y así se lo han trasladado al nuevo secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, es que las tres primeras comparecencias de Sánchez con preguntas se van a producir fuera de España, de La Moncloa o el escritorio del Congreso, lugar tradicional de las comparecencias del jefe del Ejecutivo en las Cortes.
En concreto, la primera rueda de prensa de Sánchez va a tener lugar este sábado en París, junto al presidente francés Enmanuel Macron. El problema de este tipo de comparecencia, es que se limitan por un pacto protocolario que reparte cuatro preguntas entre los informadores españoles y, en este caso, los franceses.
Al día siguiente, Sánchez viajará a Bruselas para participar en una cumbre informal sobre inmigración convocada por Jean Claude Juncker. Si decide atender a los periodistas, lo hará ante los corresponsales comunitarios.
Y el lunes, Sánchez ofrecerá su tercera rueda de prensa en Lisboa, junto al primer ministro portugués Antonio Costa. Como en el caso de París, será también limitada a unas pocas preguntas repartidas entre los periodistas españoles y los lusos.
De esta forma, los periodistas no han podido preguntar aún a Sánchez por la dimisión de Màxim Huerta, la imputación de su ministro de Agricultura, Luis Planas, o por su primera gran promesa incumplida, la reforma del sistema de financiación autonómica.