Caos total en Justicia: Delgado cesa a su equipo de prensa, noqueada
Las mentiras, contradicciones y rectificaciones de la exfiscal sobre sus relaciones y presuntas maniobras junto al comisario Villarejo, dinamitan el Ministerio para terror de La Moncloa.
El Ministerio de Justicia es ya, a esta hora, el último quebradero de cabeza de Pedro Sánchez y de su equipo de estrategas, que encabeza Iván Redondo. El antiguo caso Villarejo se ha convertido ya en el caso Delgado y la alargada sombra del condenado por prevaricación exjuez Baltasar Garzón planea como un fantasma sobre el Gobierno socialista.
El caos en el departamento que dirige Dolores Delgado es tal que en apenas un mes han dimitido los dos reputados periodistas que integraban su equipo de comunicación. Hace dos semanas lo hizo su jefa de prensa, Susana Nieves; y este jueves ha hecho lo propio su director de comunicación, Luis Fernando Rodríguez, pese a que Justicia lo ha presentado como un cese.
Ambos son dos reconocidos periodistas, veteranos cronistas de información judicial durante décadas y con experiencia en la comunicación institucional, la primera en el Consejo General del Poder Judicial; y, el segundo, en su última etapa, en la consejería de Justicia del Gobierno valenciano.
Según fuentes consultadas por ESdiario, la situación de Delgado comienza a ser "insostenible". Su estrategia de respuesta a las informaciones que recogen una supuesta entrevista con el comisario encarcelado José Villarejo han sido rebatidas con una sangría de desmentidos rotundos primero, rectificaciones posteriores a continuación, y nuevas revelaciones que confirman las peligrosas conexiones del tándem que forman la ministra Delgado y el exjuez Baltasar Garzón.
Y, por si fuera poco, la guerra sucia entre la titular de Justicia y la ministra de Defensa, Margarita Robles, enemigas irreconciliables desde hace décadas.
Y mientras, siguen las revelaciones que acorralan a Delgado. Según informa este viernes El Confidencial, Garzón se ofreció al expresidente del Barcelona Sandro Rosell, en prisión desde mayo de 2017, para conseguir que la Audiencia Nacional lo dejara por fin en libertad condicional.
El contacto se produjo el pasado junio, solo unos días después de que la entonces fiscal Delgado, amiga de Garzón, fuera nombrada por Pedro Sánchez nueva ministra de Justicia. El bufete que dirige la defensa de Rosell desde el inicio de la causa, Molins & Silva, aceptó la oferta y dejó que el exmagistrado asumiera la pieza de situación personal, en la que se dirimen las medidas cautelares que se imponen a los investigados, como la prisión provisional.
La caótica situación en Justicia ha obligado a mover ficha a La Moncloa. Tanto el jefe de gabinete de Sánchez, Iván Redondo, como el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, van a tomar cartas en el asunto para controlar la comunicación y la estrategia de una ministra a la deriva.