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Vara cubre de "mugre" la "briosa" trayectoria de Marlaska por "incompetente"

Era uno de los pocos magistrados limpio de polvo y paja, lo tenía todo para culminar en la cúspide de la manera más pulcra, pero entonces algo se cruzó en su inmaculado camino.

Fernando Grande-Marlaska.

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Sigue coleando la polémica entrevista del ministro Fernando Grande Marlaska y este miércoles José Alejandro Vara aprovecha su columna en VozPópuli para ponerle la puntilla a su imagen.

A su juicio, "era de los pocos magistrados de la turbia Audiencia Nacional limpio de polvo y paja. Valiente, decidido, aparente, agraciado, bien vestido, lo tenía todo para culminar su carrera en la cúspide del edificio judicial. Hasta que Sánchez, necesitado de fichajes de campanillas, le ofreció la cartera de Interior. Marlaska dijo que sí y ahí se acabó su aura de valiente justiciero, de caballero audaz, para pasar a formar parte del Ejecutivo más chusco, falsario e incompetente de nuestra era".

Remacha Vara que "su último éxito lo ha coronado en Alsasua. Ya saben, un grupo de ciudadanos se personó este domingo en la localidad navarra para apoyar a la Guardia Civil, objeto de hostigamiento, persecución e ira desde que varios criminales se ensañaron, cobarde y tumultuariamente, con dos de ellos y sus novias en una taberna. Marlaska, en lugar de alinearse con los demócratas, dio en reprenderlos al argumentar que "para defender a la Guardia Civil se pueden plantear acciones que no conlleven la posibilidad de crispación o incidentes".

Vamos, que tal como insiste indignado Vara, "le endosaba la condición de crispadores a los perseguidos, a los acosados, en tanto que las víctimas son los matones, los chulánganos, los amigos de los asesinos, la patota salvaje del carnicero de Mondragón y las bestias que le acompañaban. Ni una palabra pronunció el ministro sobre María José, la novia humillada, golpeada, maltratada, ni sobre sus padres, que perdieron sus trabajos hace dos años, que viven en la miseria y no pueden escapar de esa aldea de odio porque están atados a su maldita hipoteca sin que instancia alguna, pública o privada, salvo Covite, mire por ellos o les dirija una palabra de ayuda o consuelo".

En opinión de Vara, "un ministro del Interior, si además es juez, tiene el deber de conocer a la perfección de qué lado ha de situarse la Justicia, quiénes son los malvivientes y quiénes son las víctimas. Marlaska, contagiado quizás por el espíritu del Gabinete de Sánchez, ha optado por sumarse a las filas de quienes, encabalgados en el delito, en el desprecio a la Constitución y en el odio a España, le entregaron sus votos al PSOE para expulsar a Rajoy y abrirle el camino a la Moncloa".

En conclusión, Vara dice que "un juez no hace eso. O no se espera que lo haga. A Marlaska se le suponían unos valores de intachable vigor democrático, de defensa incuestionable de los derechos humanos, de firme defensor del edificio de la Justicia".

Sin embargo, "no ha sido así. Sus palabras han desbordado el cáliz de la decepción. Ahora, junto al dolor, sus palabras han producido espanto. El polvo del camino ha cubierto de mugre su briosa biografía".

José Alejandro Vara.