La noche que Florentino Pérez hizo un corte de mangas a decenas de periodistas
La Asociación de Periodistas de Información Económica entregó este lunes sus galardones anuales, entre ellos a las ministras Calviño y Valerio. Hubo tiempo para la autocrítica y más.
Desde hace 34 años, la APIE (Asociación de Periodistas de Información Económica) concede los galardones Tintero y Secante como forma de premiar a aquellos que ayudan a la labor periodística (Tintero, por eso de que se consume más tinta) o recriminar (Secante, el artilugio que valía para secar la tinta) en un ambiente de distensión y buen rollo. Una excusa en definitiva para que los líderes empresariales y la prensa, pilar fundamental que debe de ejercer el contrapoder, encuentren lugares comunes para purgar desavenencias.
Íñigo de Barrón, presidente de APIE y con esa alegría vital que le caracteriza, hizo un amplio repaso del estado del oficio sobre todo pidiendo autocrítica incluso entre los compañeros, máquinas de generar ego. Pidió que no nos escondamos en la evidente precariedad laboral y la mala remuneración para olvidar qué es lo que tenemos que hacer evitando las malas praxis. Algo complejo en una sociedad de trincheras.
El director del Washington Post ha llegado a afirmar que sólo trabajando con rigor tiene el periodismo futuro, cosa harto difícil en un mundo de fakes y postverdades. También hay que estar atentos a las redes sociales y a la inmediatez pues son enemigos naturales de escrutar y verificar que es lo que debe hacer un periodista.
Convenientemente regañados, se procedió a la entrega de premios, que arrancó con la concesión del socio de honor al ya expresidente de la CEOE, Juan Rosell. Con su habitual dequeísmo confesó que quiso ser periodista y que su familia ayudó a constituir medios que hubo que cerrar porque eran una ruina. De eso hace más de 50 años. Le entregó el galardón Pedro Carreño, que es un presentador "castigado" al Canal 24 horas de TVE tras el ascenso del nuevo Gobierno.
Florentino Pérez se hizo merecedor del premio Secante al no acudir a la entrega siquiera
Florentino Pérez ni acudió ni mandó a nadie a recoger su Secante, en una muestra de poca deportividad para un hombre que además de ser el presidente del Real Madrid, dirige la mayor constructora de Europa.
Ignacio Garralda, presidente de la Mutua, agente de Cambio y Bolsa, recordó que en 1982 sólo había un periódico económico y ahora no es posible leer todo lo que se publica, por lo que está muy contento sabiendo que su empresa lidera rankins de RSC.
La Ministra Nadia Calviño discutió su accésit de Secante, pues afirmó que está todo el día hablando con los medios. Pero se le recordó que no da ruedas de prensa en el Ministerio y agradeció este toque de atención para subsanarlo rápidamente.
Magdalena Valerio, ministra de Trabajo, confesó ser la novia del sociólogo Lorenzo Díaz -habitual de los medios de comunicación, por lo que sus reuniones familiares y con amigos son auténticas ruedas de prensa. Con esa llaneza manchega, afirmó que es de meterse en follones, como cuando aseguró que el sindicato de prostitutas le había metido un gol por la escuadra a ella que no es futbolera.
El presidente del BBVA también se escaqueó y mandó a su dircom
Otro que no quiso acudir a por su secante fue el inminente presidente del BBVA, Carlos Torres, cuyo departamento de comunicación se dedica a pasar entrevistas ya cocinadas con sus directivos para que se publiquen en los medios. Su dircom, Paul Tobin, lo arregló diciendo que aunque su presidente no venía, el banco llevaba 25 años pagando eventos de la APIE. Lo cual no sé si es un exceso de humor inglés o directamente otra metedura de pata superior a la anterior.
Menos mal que la fiesta acabó con una sonrisa. La del premio Tintero, súper diría yo, a Sebastián Albella, presidente de la CNMV. Con una mano en el bolsillo, como hablan en público los tímidos, dijo ser muy fan de la película Detrás de la noticia y que es obligación de la Comisión facilitar la transparencia y la información en el mercado. Por lo que la colaboración con los medios y los consejos para que las cotizadas den explicaciones públicas y concedan entrevistas se ha elevado de recomendación a casi obligación.
Bien por Tano, su nombre artístico cuando hacía de jurista (que es más caro que ser abogado), que ha concedido un revitalizante a un oficio que a día de hoy, y según el INE, tiene a 26.000 de sus miembros en la Rue del Percebe.