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Los motivos del descalabro: Estos son los errores flagrantes que cometió Casado

Jornada de resaca electoral y de análisis político que en los mentideros se ha cebado con el que muchos han coincidido en ver como el gran perdedor de las elecciones generales. ¿Ahora qué?

Pablo Casado.

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Lunes de resaca electoral y de análisis políticos en las columnas de opinión de los analistas políticos. Amén de la victoria del PSOE y de sus posibles pactos de gobierno, mucho se está hablando de la debacle del PP.

Desde su muro de Facebook, el director de ESdiario, Antonio Martín Beaumont se ha mostrado muy rotundo al respecto, asegurando que se veía venir y recordando que durante los últimos años se ha avisado mucho al PP de que "o se regeneraba o no sería nada...". Por eso se pregunta en voz alta: "¿De verdad Pablo Casado ha creído que yendo de la mano, por ejemplo en Madrid, de personajes como Pío Garcia Escudero, Juan Carlos Vera, Antonio González Terol o incluso de candidatos imputados por los tribunales como Pilar Martínez (Villaviciosa de Odón), no iba a pagar las consecuencias?".

Igualmente duro se manifiesta Jesús Lillo en su tribuna de ABC en la que asegura que "el PP dejó ayer de ser el partido vertebrador de una derecha ahora sin norte, despechada, dividida y, lo que es peor, satanizada por la izquierda". A su juicio, lo de este domingo "no es un simple arañazo, sino una fractura de las que obligan a cualquiera con un mínimo de responsabilidad a pedir la baja, permanente y revisable. La del PP no fue, sin embargo, una derrota frente a la izquierda, su rival natural, sino frente a sí mismo, y eso no lo corrige la cirugía, sino la autoyuda, que cuesta más. Habrá que preguntarle a Aznar, que tanto sabe de todo, qué es lo que hay que hacer en estos casos, si nos refundamos otra vez o nos refundimos un poco más".

En la misma línea se expresa su compañero de cabecera Juan Manuel de Prada que considera que "culpar a Vox del descalabro sideral de los peperos sería excesivo". En su opinión, sin la concurrencia de los de Santiago Abascal no se hubiese evitado el descalabro y culpa directamente a Pablo Casado: "No entendió que el PP sólo podría recuperar la hegemonía de la derecha enarbolando unos principios nítidos, servidos con moderación bienhumorada y constructiva. En su lugar, se dedicó a competir en jacobinismo pichabrava con Ciudadanos y en bocachanclismo con Vox, territorios ambos que ya tenían todo el pescado vendido. Así se ha convertido en el líder de la "derechita catastrófica".

Según De Prada, "al progresismo rampante no se le combate con ninguna de estas soluciones equivocadas, sino volviendo a las fuentes del pensamiento político tradicional, que tiene por norte el bien común. Sólo la tradición puede combatir el progresismo rampante. El liberalismo, en sus expresiones moderaditas o desmelenadas, cobardes o enfurruñadas, sólo sirve para consolidarlo".

También de echarle la culpa a Vox habla Cristina Losada en Libertad Digital pero "no es Vox, sois vosotros, dicho sea en coloquial. Hicieron llamamientos al voto útil cuando ya era inútil. Y se ha demostrado inútil. El hundimiento del PP es un efecto retardado. La renovación del liderazgo no ha servido para detener una quiebra de confianza que venía de atrás. Se fue gestando en distintas etapas, aunque la principal es la marcada por el golpe separatista de octubre. Casado podía desgañitarse anunciando que iba a aplicar el 155 hasta desarticularlo por completo, pero después de la gestión pasiva del desafío separatista que hizo el Gobierno de Rajoy, la credibilidad del PP en esa materia, e igual en otras, era prácticamente nula".

Por su parte, desde La Razón, José Antonio Vera diagnostica que "Casado trabajó mucho durante la campaña, pero no ha podido superar las herencias. Además, su equipo cometió errores al confeccionar las listas, lo que no ha ayudado a la integración interna. Ha caído por la derecha y también por la izquierda. El peor escenario".

En las mismas páginas del diario, Abel Hernández, sentencia que la "hiperactividad" de Casado y sus "salidas radicales para taponar el borbotón de votos hacia Vox ha dejado al PP descolocado y sin ánimo a la parte más centrista de su electorado habitual. Ahora es el momento de la reflexión y de aprender las lecciones de la derrota".