La "impudicia" de Sánchez le delata ante a la "derecha cavernícola": lo que pide
Con tal de hacer lo que le "sale de los órganos" el presidente del Gobierno ha llegado a tal punto que se permite el lujo de hacer cosas que ni el mismísimo Zapatero se atrevió a hacer.
Este lunes Julián Cabrera se acuerda en su columna de La Razón de lo recordó Manuel Fraga a los periodistas con cierta sorna sobre lo que una vez le dijo un conocido compañero de consejo de ministros en el ocaso del régimen anterior: "Yo nunca estaré lo bastante agradecido a la democracia orgánica...siempre me permite acabar haciendo lo que me sale de los órganos".
Y se acuerda de ello al hilo de lo que quiere hacer Pedro Sánchez: "un amplio apoyo a su investidura y gobernar España los próximos cuatro años con 123 escaños, con una política que califica de mano tendida al diálogo y echando mano desde su mayoría minoritaria de aquella "geometría variable" a la que recurrió ZP, eso sí, con 45 escaños más". Para Cabrera, "la declaración de intenciones del líder del PSOE sería intachable, de no ser porque sus movimientos reales tal vez estén más cerca de ese exministro admirador de la "democracia orgánica" citado por Fraga que de una bien entendida geometría variable".
Lo que es lo mismo: "Al tiempo que les pide a PP y a Ciudadanos una abstención con altura de miras para facilitar la investidura del candidato socialista, es con las filas del populismo podemita con quienes se pergeña un pacto de largo recorrido".
Peor aún, "esa reclamación de sentido de Estado a Casado y a Rivera de cara a la investidura, no sólo adolece de ir acompañada por un mínimo gesto que podría justificar ese apoyo sino que va acompañada de la entrega al PSC a través de dos de sus principales referentes, Cruz y Batet, de las presidencias del Senado y del propio Congreso".
A juicio del periodista, "la impudicia al pedir gestos a PP y Ciudadanos se hace aún más evidente cuando se repara en que son precisamente los ahora aupados a altos órganos del Estado quienes desde el PSC rompieron la disciplina de voto siguiendo el "no es no" a la investidura en 2016 de un Mariano Rajoy que, no olvidemos ofreció a Pedro Sánchez un año antes desde sus también escualidos 123 escaños, un gran gobierno de salvación nacional, una gran coalición a la alemana".
En resumen, "hoy, lejos de eso, el pacto que se está buscando va manifiestamente por otros derroteros y es que, claro, estas "derechas cavernícolas" no saben lo que es dialogar. Curiosa visión de la "geometría variable".