El secreto de Iglesias que asusta a Pedro Sánchez: "Todo el mundo acaba cadáver"

Hace ya unos cuantos años Iván Redondo, hoy todopoderosa mano derecha de Pedro Sánchez, auguró a un entonces ufano Pablo Iglesias en La Tuerka una reflexión premonitoria que este lunes recordaba Nacho Cardero en El Confidencial: "La clave de un plan de acción siempre es el calendario. El tiempo en política es lo más importante. Como me dijo un socialista hace muchos años: Iván, al final, todo el mundo acaba cadáver. Solo es cuestión de tiempo. El que controle el tiempo, gana".

Claro que en ese momento "Iglesias atravesaba su particular época de vino y rosas. Podemos se había constituido en partido político tras capitalizar el movimiento 15-M y haber sabido hacer bandera del malestar ciudadano por la corrupción y los recortes en Sanidad. Los morados estaban de moda. Amenazaban con asaltar los cielos y acabar con el bipartidismo. Querían ‘okupar’ La Moncloa".

Sin embargo, Redondo era solo un "spin doctor culto, rápido, sensible", que se prodigaba en las tertulias de televisión y que, tristemente, "siempre había trabajado para nuestros adversarios", según Iglesias.

Ahora "el que está en La Moncloa es Redondo, mientras Unidas Podemos se ha convertido en un ‘partido fake’ que lucha por sobrevivir" y lo que está haciendo "Sánchez es, precisamente, lo que decía Redondo en la entrevista: jugar con los tiempos y esperar sentado a que la presidenta de la Mesa del Congreso, Meritxell Batet, fije día y hora para la investidura. Que sean los otros los que muevan ficha, los que se desgasten".

A punto de comenzar una nueva ronda de contactos este martes, Iglesias insiste en entrar en el Gobierno a cambio de sus 42 diputados y en el PSOE señalan que no hay más Gobierno que el de Sánchez en solitario: "No tiene sentido la exigencia de Iglesias. Solo lo tendría si entre los dos sumásemos mayoría absoluta, pero es que los números no dan", se quejan los socialistas.

Además en el PSOE creen que "Unidas Podemos no está en condiciones a exigir nada. Más bien al contrario: su bloqueo acentuaría el declive de la formación morada y lo conduciría a la irrelevancia".

Vamos, que los socialistas como buena parte de los periodistas creen que Iglesias va de farol pero Cardero se pregunta "¿no podría ser que este ultimátum obedeciera a una estrategia de fondo? ¿Y si cuando Iglesias decía en campaña que su objetivo último pasaba por entrar en el Ejecutivo es que su intención era en realidad esa y no otra? ¿No es acaso más peligroso un animal cuando está herido y acorralado?".

En este sentido, concluye, y "siguiendo esta línea de pensamiento, compartida por otros dirigentes de Podemos, Iglesias no solo no estaría tan loco como algunos lo quieren dibujar sino que no tendría más remedio que estirar la cuerda incluso a riesgo de ir de nuevo a generales".