El ridículo pataleo 'indepe' por la gran tarde del Rey en Las Ventas
Aunque no deberían interesarles los toros, pues se prohibieron las corridas en Cataluña, la presencia del monarca en el gran festejo de la Beneficencia ha despertado un interés inusitado.
Don Felipe acudió a presidir la corrida de la Beneficencia en la plaza de las Ventas, una de las citas más señaladas de la temporada taurina, y el evento ha interesado incluso en un ambiente tan poco o nada taurino, ni mucho menos monárquico, como la prensa catalana más cercana al independentismo. Aunque su interés ha estado dirigido más bien a descalificar al monarca. Y han hecho el ridículo.
Se trata, en concreto, de la inopinada crónica que ha realizado El Nacional.cat tratando de convertir lo que fue una gran fiesta taurina, con llenazo en las gradas, máxima expectación ante el espectáculo en la arena y la presidencia del monarca, al igual que hizo su padre Don Juan Carlos durante muchos años, en un bochorno.
"Una mala tarde la tiene cualquiera pero fue una pésima tarde, no para los toreros sino para el rey. Fue a contentar a los 24 mil fanáticos del toreo y quedó en ridículo", se asegura en la crónica. Y para sostener esa impresión, se escogen retazos de crónicas de la prensa madrileña en la que, supuestamente, se deja en mal lugar al monarca.
Se cita, por ejemplo, a El Español, cuyo reportero preguntó al monarca su torero favorito y no obtuvo respuesta, lo que a juicio del portal es una clara muestra del desconocimiento del rey sobre la Fiesta. Y lo mucho que se parece en eso a su madre, la Reina Sofía, "una conocida animalista". Como si eso constituyera algún problema.
También se recaba en la crónica la queja del crítico de Marca por los vítores y vivas al rey que interrumpieron el festejo de continuo, así como que sonara el himno a todo trapo; una "jaula de grillos". Y Felipe VI, entretanto, según el portal, "más perdido que un pulpo en un garaje", dejándose caer esta frase sin venir a cuento: "Hace el papelón como en el discurso del 3-O: para satisfacer los suyos. Felipe es de derechas".
Y de broche final, y sin más argumentos para poner a escurrir sin motivo al Rey, se echó mano de uno de los recursos favoritos de este medio para atacar a la Casa Real: la Reina Letizia. "Y Felipe volvió a casa con la cabeza gacha donde lo esperaba Letizia. A ella no la torea", fue el pataleo final ante lo que constituyó, en realidad, una gran tarde del monarca.