La arrogancia de Sánchez desafía al Parlamento y Rufián le arrincona sin piedad
A pesar de las bravuconadas oficialistas que llegan desde el equipo del presidente, tiene más miedo que cualquiera porque la cornada es impredecible y sabe que le puede tocar perfectamente.
Este viernes Ignacio Varela aprovecha su columna en El Confidencial para analizar la actitud de Pedro Sánchez y la que se avecina, recordando que a pesar de que obtuvo en las Generales de 2019 lo mismo que el PP en 2015: "Rajoy ni siquiera se atrevió a presentarse a la investidura y Sánchez se viene comportando con la arrogancia de quien hubiera obtenido mayoría absoluta".
Entre otras cosas, una de sus claves es que "siempre tiene a mano una frase redonda para cada ocasión. Hace cuatro años, hizo célebre el “no es no”, y ahora ha clavado lo de “o gobierna el PSOE, o gobierna el PSOE” que traducido por Varela es un desafío en toda regla al Parlamento: "señores, vengo con un encargo del Rey. Ustedes verán cómo se las arreglan para hacerme presidente. No es mi problema, es el suyo. A mí en el fondo me da igual porque, una vez investido, no habrá forma de echarme con una moción de censura. Será un contrato de cuatro años sin cláusula de rescisión".
En realidad, a juicio del periodista, "todo el juego de los pactos ha reproducido básicamente el mapa político que quedó establecido en la moción de censura y amartillado tras las elecciones de Andalucía. Dos bloques. A un lado, el PSOE con Podemos como socio cautivo y los nacionalistas como acompañantes incómodos pero funcionales. Al otro, las tres fuerzas de la derecha, con muchos remilgos para la galería por parte de Ciudadanos pero, finalmente, unidas por la causa nacional".
Vamos que en la investidura "Sánchez terminará recostado sobre los de siempre" porque "cualquiera que sea la forma definitiva de la alianza con Podemos, Iglesias no tiene margen para llevar hasta el final el pulso de negar sus 42 votos sin sufrir una rebelión a bordo". Y si con Podemos, PNV, Compromís y PRC no llega aún quedaría el comodín de ERC aunque lo ideal para Sánchez fuera no depender de los independentistas.
Las palabras de Rufián lanzan un mensaje tranquilizador: "ERC quiere jugar un papel activo en este Parlamento. Quiere demostrar autonomía y liberarse de una vez de la tutela de los de Puigdemont. Ve cerca la presidencia de la Generalitat y es muy consciente de que jamás encontrará en Moncloa un interlocutor más amoldable que Sánchez. Necesita que este le deba algo, aunque sea a su pesar".
Según Varela, "Sánchez recibirá el inevitable regalo con tanto alivio interior como displicencia en el gesto, subrayando que no hay detrás ninguna negociación, ni deuda ni compromiso. Y probablemente será cierto: de momento, ninguno de los dos lo necesita. Además, ya cuenta ERC con que Casado y Rivera se pasarán la legislatura entera recordando a Sánchez a quién debe su investidura. Así que esta será una deuda no contraída, pero políticamente efectiva".
En resumen, que Sánchez volverá al punto de partido con unos diputados más pero ligado a Podemos, en deuda con Junqueras y con la derecha practicando oposición a tierra quemada "pero él tendrá la tranquilidad de saber que, pase lo que pase, al menos en cuatro años, no tendrá que cambiar el colchón. De eso se trató desde el principio".
Además, Ignacio Varela no se cree ni por un segundo las "bravuconadas oficialistas sobre repetir elecciones" porque tiene claro que "Sánchez teme a las segundas elecciones tanto como el que más" "porque la plebe encabronada es impredecible y la cornada puede caerle a cualquiera. Por eso, si todo falla, siempre nos quedará Rufián".