Los rumores sobre Espinosa de los Monteros y Batet "machacan" a los socialistas
Constituyen uno de los pilares de la política en la capital española. Lo único que ha cambiado es que no son catastróficas sino, en algunos casos, especulaciones insólitas, pero ¿ciertas?
Este miércoles Jesús Rivasés aprovecha su columna en La Razón para hablar de los rumores que, a su juicio, "constituyen uno de los pilares de la política en la capital española. Lo único que ha cambiado –a mejor– es que no son catastróficos sino, en algunos casos, insólitos, pero ciertos".
Y en este punto se hace eco de una situación que vivió no hace mucho Meritxell Batet, la presidenta del Congreso de los Diputados que aguarda obediente a que Pedro Sánchez le indique cuándo quiere que convoque la sesión de investidura.
Antes de que trascendiera que Sánchez se reunirá el próximo 2 de julio con ella para fijar una fecha de investidura Batet estuvo celebrando reuniones y manteniendo conversaciones con los líderes y portavoces parlamentarios de todos los partidos, incluido Vox.
Afirman los rumores a los que ha tenido acceso Jesús Rivasés que "en una noche todavía no muy calurosa, la presidenta socialista de la Cámara Baja habló de las complicadas relaciones (incluso con un ápice de grosería) con algunos miembros del equipo de Albert Rivera, que contrastaban con la educación exquisita en su trato con él de Iván Espinosa de los Monteros, portavoz del partido de Abascal, y que fue el encargado de anunciar la teórica ruptura municipal de Vox con el PP".
El periodista va más allá y asegura que Espinosa le habría expresado a Batet que no entendía por qué el presidente del Gobierno no les llamaba, como había hecho con el resto de partidos con representación parlamentaria: "La presidenta del Congreso no debió de tener tiempo ni tan siquiera para buscar una respuesta, porque Espinosa –los comentarios fluyen en una cena relajada con amigos y compañeros– se apresuró a rematar sus palabras: "El presidente del Gobierno se equivoca, porque nosotros, a lo mejor, estaríamos dispuestos a abstenernos en su investidura como acto patriótico. ¡Por España!".
Concluye que "los rumores no aclaran cómo explicó Batet la cara que se le quedó cuando escuchó aquello y tampoco nadie sabe cómo lo habrá transmitido al inquilino de La Moncloa que, claro, no parece proclive a ofrecer esa reunión a los líderes de Vox" pero también matiza que "en política no hay nada imposible" y recuerda que "Tsipras en Grecia ya tuvo apoyos de extrema derecha".
¿Cuál es el problema? Fácil: "El problema, decían algunos de los que escucharon atónitos a Batet, es que "si Vox se abstiene a nuestro favor, quizá tenga que dejarnos de caer tan mal, y eso sí que es duro".