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Los 6 "peligros" de que Sánchez siga como mínimo hasta febrero igual que ahora

No le ha impedido realizar continuas exhibiciones pornográficas de los atributos del poder, anunciar decenas de compromisos sabiendo que no los cumpliría y fraudes de ley pero puede ser peor

Pedro Sánchez.

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No es nada nuevo, pero este lunes Ignacio Varela se ha puesto a echar cuentas en su columna de El Confidencial y más de uno se ha llevado las manos a la cabeza: "El presidente Sánchez acumula ya una larga etapa de interinidad: 10 meses de Gobierno renco y, por el momento, tres más de Gobierno cesante".

Algo que "no le ha impedido realizar continuas exhibiciones pornográficas de los atributos del poder, anunciar decenas de compromisos sabiendo que no los cumpliría y cometer por el camino un puñado de irreverencias institucionales y fraudes de ley".

El caso es que Sánchez parece sentirse cómodo en esta situación: "De hecho, sus voceros sugieren que no le importaría prolongarla tanto tiempo como sea preciso hasta doblegar a quienes se resisten a reconocer su autoproclamado derecho a monopolizar el poder".

Los cálculos de Varela no engañan: "Cuando se celebre la sesión de investidura, llevaremos ya 14 meses con un Gobierno material o formalmente en funciones. Según el PSOE, un fracaso en este intento nos abocaría directamente a volver a votar el 10 de noviembre: tres meses y medio más. Si tomamos como referencia lo sucedido ahora, tras esas elecciones la investidura se demoraría al menos otro trimestre. Así que, pasito a pasito, nos plantaríamos en febrero de 2020 con Pedro instalado en la Moncloa de aquellas maneras y todo lo importante para el país metido en el congelador. Lo peor es que ni aun entonces tendríamos garantías de salir del atasco, salvo que Sánchez alcance la mayoría absoluta o todos los demás se rindan y acaten su designio".

Es entonces cuando el periodista piensa en las consecuencias de seguir como mínimo hasta febrero en la presente situación y se le ocurren seis, a cuál más preocupante:

-De momento, el Gobierno cesante se ha garantizado ya otra temporada completa de control absoluto e irrestricto de la radio televisión pública. No habrá consejo de administración y nadie, salvo su amo monclovita, controlará a la administradora única.

-Tras el cese obligado del director del CNI, el servicio de inteligencia español permanecerá también 'en funciones' durante todo ese tiempo. "Esperemos que no suceda nada que nos haga lamentarlo".

-La renovación del Consejo General del Poder Judicial —que incluye la presidencia del Tribunal Supremo— seguirá paralizada: "Teniendo en cuenta lo que está pasando en Cataluña y lo que probablemente vendrá, no parece lo más prudente mantener en la interinidad a los máximos órganos de la Justicia".

-No habrá un proyecto de Presupuestos al menos hasta la primavera de 2020: "Si todo fuera bien, estarían aprobados y en ejecución para ese otoño. Mientras, habrá que seguir funcionando con las cuentas de Rajoy y Montoro, que datan de 2017. En Bruselas, puede haber algo más que palabras respecto a España".

-No se podrá empezar a negociar el sistema de financiación autonómica, "caducado y bloqueado desde hace seis años mientras algunas comunidades autónomas (sanidad y educación, recuerden) caminan hacia la asfixia. Lo mismo para otros asuntos nimios como las pensiones, la reforma de la reforma laboral, el marco educativo que sustituya la ley Wert o la política fiscal".

-La producción legislativa será cero, porque "este Gobierno cesante ni siquiera puede ya recurrir al trampantojo abusivo de los decretos-leyes".