La nueva vida de Rufián: soltero, "moderado" y esculpido en el gimnasio
¿Ha llegado un nuevo Rufián al Congreso? El portavoz de ERC cambia de vida por completo: separado, más "conciliador" y con muchos kilos perdidos.
"¡Éste no es mi Rufián, que me lo han cambiado!". La frase de un oyente de la Cope, pronunciada tras la sesión de investidura fallida de Pedro Sánchez, refleja la sorpresa por el cambio aparente en las formas experimentado por el portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, menos bronco y macarra de lo que tenía acostumbrado al hemiciclo y a los espectadores.
El Mundo publica este sábado las claves de esa supuesta metamorfosis que, sin renunciar al objetivo independentista, le hace parecer menos brusco y algo más conciliador, hasta el punto de sustituir sus antiguas bravatas, con performances incluidas, por apelaciones a libros de cuentos infantiles.
Los cambios son políticos, pero también personales: Rufián se parece en esto, y solo en esto, al Albert Rivera, pues como él se ha separado recientemente aunque no hay ninguna Malú en el horizonte para iniciar una nueva vida afectiva.
"Desde hace meses, el diputado de ERC es el nuevo soltero de oro del Congreso. Rufián, que convivió durante años con una catalana licenciada en Filología Española, está soltero. La pareja, que comparte la hipoteca de un piso en Sabadell, está sin embargo unida para siempre gracia a Biel, el hijo que tuvieron un día de la Hispanidad de hace ocho años", desvela el periódico.
De gimnasio
No es el único cambio: al político y sentimental, se le suma el estrictamente físico: "Rufián muestra una imagen mucho más esculpida desde hace meses. Tal y como publicó Crónica Global, su cambio se debe a las sesiones de entrenamiento que hace en el prestigioso gimnasio Arsenal de Barcelona, cuya tarifa mensual mínima supera los 150 euros al mes", concluye el diario.
Quienes conocen de cerca a Rufián afirman, incluso desde las distancias ideológicas siderales, que es otro en la distancia corta, mucho más simpático, menos radical y más dispuesto al acuerdo que al choque directo. "Es mucho más humano, no le pega decir las cosas que dice en público y defender las ideas que defiende", asegura a ESdiario un periodista con el que ha confrontado en debates a menudo.