La "moral infecta" de los homenajes a etarras que Sánchez debería aplastar
El PSOE ha tratado de normalizar la relación con Bildu por la investidura pero lo sucedido en Hernani y Oñate enseña que la infamia proetarra no cesa y hay que arrinconarla, según Gistau.
El mundo proetarra aún está lejos de asumir una posición demócrata y tolerante y, ante todo, de exhibir una condena firme y clara contra su sangriento pasado. Los "recibimientos heroicos" a los etarras Baldo y Ugarte en Hernani y Oñate de este fin de semana lo han vuelto a dejar de relieve, por más que el PSOE de Sánchez haya intentado blanquearlo y defendido su normalización por mor de la investidura. La podredumbre sigue así y hay que erradicarla, en opinión de David Gistau.
"Hace apenas unos días, los españoles recibíamos en el Parlamento lecciones de democracia, ecologismo, Orgullo y feminismo de las mismas siglas que representan esta inalterable endogamia del odio que legitimó los asesinatos y todavía sigue haciéndolo", escribe el cronista político en su columna de El Mundo.
Aunque peor que esa obsceno espectáculo, es la 'acogida' de la cúpula socialista que comanda Sánchez: "Repartidas las credenciales progresistas, el PSOE no tenía ningún reparo en considerar a Bildu un igual que apenas presentaba algunas "discrepancias" relativas al pasado y que en el Parlamento proclamaba ser un partido "de la vida" en contraposición con la tiniebla franquista aposentada en esos mismos escaños".
Y por supuesto el PSOE tampoco ha rebatido el relato de los abertzales donde PP, Ciudadanos y Vox son de "peor naturaleza mortal " y no están en disposición de "alcanzar la condición democrática plena". "A nadie en el PSOE le pareció oportuno discutir esto. Al revés: ningún criterio de exclusión civil rozaba siquiera a Bildu, impactaban todos contra los subhumanos que viven primitivamente a la derecha de Sánchez", opina Gistau.
Pero lo sucedido en Hernani y Oñate este fin de semana ha de obligar al PSOE y a Sánchez en particular a no mirar para otro lado y afrontar una realidad que el periodista resume con esta sentencia brutal:
"Los recibimientos a etarras ponen en su lugar el ideal de la superación y recuerdan que una sentina moral infecta permanece idéntica aunque no vea interés estratégico en asesinar. Para hacer campaña a partir del fracaso en la investidura, Sánchez dijo que él no cambia principios por poder. Qué gran semana para demostrarlo. Adelante".