Violación en Gran Hermano
Carlota Prado fue concursante de GH Revolution en la edición del exitoso programa de 2017. Una entrega que pasó sin pena ni gloria, obteniendo los peores datos de audiencia que se recuerdan… Sin embargo, fue una edición en la que …
Carlota Prado fue concursante de GH Revolution en la edición del exitoso programa de 2017. Una entrega que pasó sin pena ni gloria, obteniendo los peores datos de audiencia que se recuerdan... Sin embargo, fue una edición en la que esta joven se convirtió en protagonista por un tema más que delicado.
Presuntamente, Carlota fue víctima de una violación dentro de la casa de Guadalix a manos de su por entonces pareja, José María López. Según parece, fue a lo largo de una de las fiestecillas que les preparaba el "súper".Esa noche, los seguidores del programa pudieron ver cómo los dos se metieron juntos en el cuarto "oscuro", donde presuntamente se produjo la agresión sexual. Pero, pese a que la joven no se acordaba de nada el día después, principalmente por los efectos del alcohol, fue uno de los trabajadores del reality el que denunció los hechos ante la Guardia Civil.
Esto supuso que inmediatamente José María fuese expulsado y Carlota decidió irse del concurso. Él se defendió alegando que todo fue una estrategia del programa para aumentar la audiencia. Pero, ahora, un par de años después, la joven ha querido pronunciarse en sus redes sociales sobre los hechos.
Al salir del programa, Carlota tuvo que visionar las duras imágenes "sin el apoyo de psicólogos", absolutamente sola. Al ver el vídeo que se le dio, decidió denunciar la agresión, de la que hoy todavía espera resolución.
Esperando el juicio, Carlota ha tenido que soportar todo tipo de insultos, vejaciones y amenazas, lo cual ha motivado que rompa su silencio de una vez, hablando de el terrible hecho que, confiesa, le han impedido volver a rehacer su vida.Así lo ha querido compartir en su cuenta de Instagram por medio de una serie de historias que ha decidido guardar bajo la etiqueta "No es no". Ella está tranquila, por el hecho de que, tal como afirma, no es el típico caso de "mi palabra contra la del otro", sino que aquí "está todo grabado".