Jaime Peñafiel conoce a su “hermano” secreto del que no tenía noticia
El periodista experto en Casas Reales ha confesado este sábado cómo fue el inesperado encuentro, que le permitió arrojar luz sobre otro de sus misterios familiares.
Los lectores de El Mundo que hayan acudido este sábado a su encuentro saturnal con Jaime Peñafiel, que siempre tiene interesantes exclusivas, confidenciales y reflexiones que ofrecer, sobre todo en la materia en la que es expertos -las casas reales- se habrán sorprendido con el tramo final del artículo de esta semana en LOC.
Después de sus habituales disquisiciones sobre los reyes Felipe y Letizia, el veterano periodista se ha decidido a contar un tema personal. Y todo a raíz de la confesión que hizo otra periodista compañera suya, Emilia Landaluce, que ha contado públicamente que de no ser “por la leche materna ocasional” su vida hubiera sido “bastante peor”.
“Emilia me ha recordado que yo no tuve esa suerte ya que mamé de teta de alquiler. Pero no me ha ido mal físicamente. Posiblemente, la leche del ama de cría que me amamantó debía ser una buena leche”, escribe Peñafiel, que ha contado que su madre recurrió a nodrizas para amamantar a sus cinco hijo, incluido el periodista.
Jaime Peñafiel ha pasado la mayor parte de su vida sin saber quién había sido la rolliza mujer cántabra que le dio el pecho durante sus primeros meses de vida. Sin embargo, hace poco lo descubrió y, para sorpresa suya, descubrió que tenía un “hermano” del que no tenía noticia alguna.
"Soy tu hermano de leche"
Así lo cuenta el propio Peñafiel: Lo descubrí, casualmente, durante un pregón en el pueblo de Benalúa, en la provincia de Granada, limítrofe con la de Jaén.
Al finalizar la charla, se acercó un hombre del pueblo de la misma o parecidas edad a la mía, para decir emocionado: ‘Soy tu hermano de leche’. Así supe que su madre de una de cuya teta mamé, mientras él lo hacía de la otra, había sido mi nodriza, el ama que me crió”.
Peñafiel finaliza su artículo contando que, por lo visto, su nodriza fue “hermosa y de fuerte complexión”. Y reconoce que sin su inestimable leche materna su vida “a lo peor, mi vida no hubiera sido tan buena”.