Pilar Rahola mete el miedo en el cuerpo a Iván Redondo aireando sus abusos
Es el hombre de moda en la política. Todo el mundo le considera un gran estratega pero la periodista independentista tiene una advertencia muy seria que hacer a Sánchez y no pinta bien.
Se ha convertido en el hombre de moda en los mentideros políticos y este miércoles se cuela en la columna de Pilar Rahola en La Vanguardia porque "todo el mundo asegura que Iván Redondo es un gran estratega" pero ella cree que es más bien un "mago del tacticismo".
A su juicio, "todo el malabarismo político perpetrado por Pedro Sánchez en estos últimos meses es un portento de maquiavelismo político que ha conseguido el doblete del impacto mediático y la ganancia electoral. Y con el doblete, ha obtenido el premio mayor: fortalecer su liderazgo en el espacio central".
A saber, argumenta Rahola, "a pesar del mareo de reuniones, llamadas, mensajes cruzados y el resto del paripé de la investidura, es un hecho que Sánchez está más consolidado tanto en su partido como en el espacio ideológico que representa, cuyas fronteras se han ensanchado. Parece, pues, que el trabajo del zapador Redondo da frutos jugosos".
Y eso sin contar, reflexiona, "con el añadido apetitoso de presionar a Podemos, desconcertarlo y enviarlo al rincón de pensar, mientras ningunea la cuestión catalana": "Repito, Redondo es un maestro en el arte del espejismo, un tacticista de vieja escuela y nuevas maneras".
Pero no todo iban a ser alabanzas y loas. Los piropos de Rahola tenían un objetivo claro y un negro augurio para Sánchez y Redondo: "Si bien el tacticismo puede ser fructífero, su abuso presenta riesgos notables, cuyas consecuencias acostumbran a ser corrosivas. La primera es el cansancio, un cansancio cada vez más abrumador".
En su opinión, "el culebrón de la investidura empieza a ser insoportable. Pero el riesgo mayor del exceso de tacticismo es la banalización de quien lo perpetra. Porque, mientras Sánchez ha ido mareando la perdiz de la táctica, ha ido demostrando una incapacidad suprema para la estrategia, y de ahí su despiste ideológico en temas de mucho calado".
Menta Cataluña y menta la crisis del Open Arms como ejemplos para soltar una conclusión demoledora para el PSOE: "Es lo que tiene el tacticismo, que hace mucho ruido, pero dura poco. Y después del abuso, sólo queda el vacío".