Cerrar

Cristina Pardo hace añicos a Meritxell Budó con dos preguntas demoledoras

Sencillas, básicas, pero letales. La periodista no se ha andado por las ramas a la hora de acorralar de tal manera a la portavoz de la Generalitat que no tiene escapatoria ninguna.

Cristina Pardo, muy dura con Meritxell Budó, en su columna.

Publicado por

Creado:

Actualizado:

Acostumbrada a hacer preguntas incómodas a sus entrevistados para no dejar que se escapen sin contestar este miércoles Cristina Pardo aprovecha su columna de El Periódico para cargar contra esos cientos de personas que intentaron rodear el lunes el Palacio de Congresos de Cataluña en protesta por la presencia de la Familia Real.

A su juicio, "mostrar malestar en las calles de manera pacífica y civilizada por las circunstancias políticas o sociales que sean, me parece legítimo", sin embargo, "me repugna, me asquea profundamente cuando la gente se manifiesta ejerciendo su derecho con la intención, al mismo tiempo, de recortar las libertades de los demás".

Por eso considera "lamentable que los independentistas que protestaban por la celebración de los Premios Princesa de Girona trataran de impedir la entrada de los asistentes al acto. El mismo derecho tienen los primeros a manifestarse que los segundos a aceptar, de manera libre y voluntaria, la invitación del Rey".

Y aquí van las primeras preguntas que les hace: "¿Quiénes son ellos para decidir qué pueden o no pueden hacer los demás? ¿Qué clase de república les esperaría a los discrepantes? Una en la que no caben, está claro".

En este sentido y muy indignada tilda de "gravísimo y penoso" ver a los exaltados "pegando puñetazos y patadas a todo el que pillaban por delante. Insultar o agredir a quien no piensa como tú es un bochorno, un síntoma de cerebro con serrín".

Escupitajos, empujones e insultos protagonizados por gente con la cara medio tapada que llamaban "cobardes" a los demás".

Más estupor aún le causó a Pardo escuchar a la portavoz de la Generalitat decir que "agresiones, como tal, no nos constan" como mucho "silbidos o palabras fuera de sitio". Y por eso le hace un par de preguntas muy sencillas con las que desarma a Meritxell Budó: "¿Le gustaría a ella que le hicieran lo mismo? ¿Qué sentiría si la escupieran?".

Concluye la periodista que "si ni siquiera se atreve a condenar la violencia, es de suponer que ella pondría el grito en el cielo ante semejante falta de ética y de empatía por parte de sus rivales políticos. De hecho, bastó que a Puigdemont le llamaran traidor en su día para arrugarse y renunciar a convocar elecciones. La historia tendrá que juzgar muy duramente a todos los que, cuando tuvieron que elegir, sí fueron verdaderamente cobardes".