Rubén Amón avisa espeluznado de los "peligros de la vicepresidencia de Iglesias"
El articulista señala qué hay que temer con la llegada de "los comunistas" al Gobierno y hace un desolador diagnóstico de cómo afectará incluso a las libertades.
Las consecuencias de la llegada de Unidas Podemos al Gobierno ha sido analizada por el articulista Rubén Amón en su columna de El Confidencial, que pone sobre la mesa los "peligros de la vicepresidencia de Iglesias", poniendo como ejemplo "el globo sonda que lanzó la portavoz Celaá para cuestionar la educación concertada. Iglesias es partidario de abolirla. Y de convertirla en el terreno más propicio de una batalla ideológica que amenaza con pervertir los espacios de convivencia".
Y es que, desde su punto de vista, "los espacios de acción y de coacción son más que suficientes para sentirse insomnes", a pesar de que "la epístola de Pablo a los militantes reconocía que no podría aplicarse el programa de Unidas Podemos en su integridad".
"El PSC"
Por ello, plantea algunas cuestiones vertebrales para la democracia española que podrían tambalearse con la llegada de Iglesias. La primera de ellas, y el eje de nuestro sistema político: la monarquía. Por lo que asegura que habrá que ver "de qué manera Pedro Sánchez va a transigir con la propaganda que atribuye a Felipe VI el pecado original del régimen del 78.
El republicanismo define un rasgo inequívoco de la idiosincrasia de Unidas Podemos. Forma parte de la sensibilidad del PSC. Y constituye un papel central de los partidos soberanistas que ahora condicionan las mayorías".
También, reconoce que "resulta amenazado el modelo territorial. No ya por el chantaje de ERC sino por la sensibilidad de Iglesias al referéndum de autodeterminación y al papel de árbitro que él mismo representa entre Sánchez y Junqueras. Acongoja que las negociaciones se conduzcan desde prisión. Impresiona que la buena reputación que la izquierda se atribuye a sí misma subestime la temeridad de la bicefalia Sánchez-Iglesias en el umbral de la crisis económica y en la promesa de la utopía redentora".
Además, recuerda otro que hay que preocuparse "por el nuevo orden de RTVE —"a mí dadme los telediarios", proclamaba Iglesias— y por la intromisión de un Estado protector en nuestras vidas" ya que " Iglesias ha aspirado a transformar la sociedad desde presupuestos intervencionistas y moralistas. Quiere acabar con la prostitución, los toros y la caza. Pretende suplantar las religiones por la suya. Y hará de la justicia social el gran pretexto mesiánico para perseguir al ciudadano próspero".
Sin embargo, a pesar de que "no han llegado los comunistas al poder ni debe temerse una represalia bolchevique, tampoco conviene ignorar las contraindicaciones del acuerdo trágico que rubricaron Sánchez e Iglesias con el abrazo de la asfixia y de la congestión".
Por ello, espera que nuestra "democracia consolidada", "la política común" europea, el sentido de la responsabilidad del PSOE, como partido de gobierno durante años de democracia, sirvan para contrarrestar los "excesos en que pueda incurrir el lado oscuro del Ejecutivo".