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Manuel Hidalgo destapa el virus epidémico que padece Monedero: así hace "trampa"

El podemita volvió a hacerlo "abriendo mucho los ojos, con ese gesto tan suyo de dar a entender que lo que él piensa es lo obvio" pero esta vez le han pillado con el carrito del helado.

Juan Carlos Monedero.

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Es un habitual de los titulares fuera de tono y de las salidas de tiesto y este viernes Manuel Hidalgo aprovecha su columna de El Mundo para ocuparse de él echando mano de metáforas y mucha ironía: "El profesor Monedero cogía velocidad sobre la pista de hielo del informativo nocturno del canal 24 Horas. Sus patines aceleraban en las rectas y no frenaban en las curvas. Al girar en el recodo de la ley y la democracia, derrapó y se la pegó".

Todo porque "abriendo mucho los ojos, con ese gesto tan suyo de dar a entender que lo que él piensa es lo obvio, vino a decir: ¡cómo va a ser que la ley esté por encima de la voluntad popular!".

Pero Hidalgo tiene claro que hay "trampa" porque naturalmente que la ley no está en democracia por encima de la voluntad popular, ya que el pueblo elige a sus representantes y estos elaboran las leyes que expresan la voluntad popular.

Duda el periodista si Juan Carlos Monedero desconoce esto o finge desconocerlo pero añade que no es el único porque "hay epidemia de este virus, no sólo entre el independentismo y el populismo, sino entre algunos socialdemócratas que han picado en el anzuelo de que la ley, como en la Dictadura, sigue viniendo de algún lugar opaco de muy arriba".

Hidalgo se pone pedagógico al recordar que para quienes sostienen este modo de pensar "la voluntad popular no es la sintetizada en el Parlamento y en las leyes que de él surgen, sino una Voluntad-Otra, que corresponde a un sector de la sociedad que se atribuye la condición de verdadero pueblo, el cual, desde esa falsa legitimidad que le da decir yo soy el pueblo porque lo digo yo, se proclama autorizado, no para reformar la ley en sede parlamentaria, sino para esquivarla e imponer la suya al resto".

En resumen, "desde este pensamiento, de matriz totalitaria, es desde donde se pide no judicializar la política".

De hecho, nadie lo desea. Pero, insiste Hidalgo, "para evitarlo es preciso no saltarse las normas, no afrentar al conjunto de los ciudadanos y a las reglas de la democracia".

Y en su opinión eso es lo que hicieron "los muy mal llamados presos políticos, con el agravante de sugerir que donde hay ley no hay democracia y que el comportamiento democrático es sólo el que se sacude la losa de la ley".

Pero, "de losa nada", concluye, "es el suelo que nos permite bailar juntos cada uno a su aire. Sólo los niños ignoran esto, pues todavía confunden querer con poder y creen que su deseo y su voluntad son ley para todos".

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