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Una estrella de El País culpa a Telecinco y Cuatro de alimentar el populismo

El escritor Moises Naím ha publicado un artículo en el diario de Prisa en el que destaca el increíble "impacto" de lo que considera "televisión chatarra".

Una estrella de El País culpa a Telecinco y Cuatro de alimentar el populismo

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El que fuera ministro de Fomento de Venezuela en los años noventa y colaborador habitual en la prensa, Moisés Naím, ha publicado un artículo en El País, con unas conclusiones de lo más sorprendentes sobre la relación entre la política y el consumo de televisión.

Para ello, ha recurrido a una reciente investigación que "ha descubierto que la televisión anodina, superficial y popular tiene consecuencias nefastas. Este tipo de televisión, la televisión chatarra, también tiene malos efectos sobre la política, por más que en sus programas nunca se hable de política".

Por ello, ha citado a los autores Rubén Durante, Paolo Pinotti y Andrea Tesei que aprovecharon "los datos generados a comienzos de los años ochenta por la entrada en diferentes regiones de Italia de Mediaset, la cadena de televisión de Silvio Berlusconi, para evaluar el impacto político de la televisión comercial" y publicar así el estudio titulado El legado político de la televisión de entretenimiento.

Adultos con menor conciencia cívica

Según estos investigadores y tal y como relata Naím, "los datos revelaron que quienes crecieron viendo los contenidos de Mediaset terminaron siendo adultos menos cognitivamente sofisticados y con menor conciencia cívica que sus pares que no tuvieron acceso a estos programas".

Además, relata que fue "en los años noventa, cuando la crisis de corrupción conocida como Mani Pulite (Manos Limpias) demolió el sistema político italiano, cuando a Berlusconi se le abrieron las puertas de la política. El sistema cambió, los partidos tradicionales colapsaron y nuevos protagonistas de la política pudieron entrar a competir por los votos de los italianos que querían caras nuevas".

Y prosigue: "De nuevo, nadie aprovechó mejor esta oportunidad que Silvio Berlusconi, quien rápida y eficazmente puso sus empresas de televisión al servicio de sus ambiciones políticas. Para 1990, la mitad de los italianos ya tenía acceso a Mediaset. Y en 1994, Berlusconi fue elegido primer ministro de Italia".

Por ello, el autor concluye que "el impacto político de todo esto también fue analizado por los autores del estudio sobre la televisión chatarra. Quienes vieron Mediaset cuando eran niños y adolescentes ahora, como adultos, muestran una mayor propensión que sus pares a apoyar a políticos e ideas populistas".