Rubén Amón revienta a Sánchez con el adjetivo que le dedicó a Rajoy: "Indecente"
El periodista arremete con todo contra la coalición "progresista" encabezada por el líder del PSOE y le avergüenza con todos estos argumentos.
"No puede hablarse de igualdad ni de justicia mientras las ambiciones de Sánchez las hayan subordinado a una temeraria subasta de privilegios territoriales e identitarios". El autor de la lapidaria sentencia es el periodista Rubén Amón, autor de un demoledor artículo conttra Pedro Sánchez en su espacio habitual en El Confidencial.
Su diagnóstico sobre los acuerdos que está a punto de culminar el líder del PSOE este martes, cuando prosperará su investidura salvo sorpresa de última hora, es concluyente y se jalona de sentencias casi irrebatibles:
" No puede hablarse de un proyecto progresista. Lo contradice el populismo justiciero de Iglesias y lo contraindica la regresión nacionalista de los pueblos elegidos, pero ocurre que Sánchez se ha convertido en acelerador y benefactor providencial del sueño cavernario".
La "vergüenza"
Y sigue: "El texto de la vergüenza -escribe en referencia al pacto con ERC- no dice nada escrutado en diagonal o leído con el monóculo de Carmen Calvo, pero lo dice todo en sus requiebros escolásticos: el referéndum, la mesa simétrica entre gobiernos, la mordaza a los procedimientos judiciales, el libro prohibido de la Constitución".
Para recordar a continuación el epiteto que el propio Sánchez utilizó contra Rajoy en un célebre debate electoral televisado: "La investidura que mañana profana el principio de convivencia ha explorado todos los límites de la capacidad adaptativa, del cinismo y de la decencia. Bien se la discutió Sánchez a Mariano Rajoy en aquel debate televisado de diciembre de 2015. “Usted no es decente”, objetó entonces el candidato del PSOE a propósito de las corruptelas genovesas".
Finalmente, alcanza una conclusión letal: "El presidente en funciones -todavía hay esperanza- ha despreciado la alternativa constitucionalista, ha vejado la propuesta de Inés Arrimadas y ha forzado una crisis institucional que socava la separación de poderes, que degrada la Justicia —“la deriva de los tribunales”, llegó a decir Sánchez el sábado— y que convierte la legislatura en una amenaza al modelo de convivencia territorial".