Isabel San Sebastián apunta que ETA "nunca fue derrotada" y están "eufóricos"
La periodista ha publicado un artículo en ABC en el que asegura que "los costaleros" del Gobierno son "enemigos de la Nación española".
Isabel San Sebastián ha tachado al presidente Pedro Sánchez de ser "el político más débil, manejable y carente de principios de cuantos han pisado La Moncloa. Una pieza fácil de cobrar", por lo que sus socios consideran que "es su mejor apuesta para conseguir sus propósitos secesionistas".
Pero en su artículo publicado en ABC ha señalado lo que considera aún "más grave" y que a su juicio "pasó casi desapercibido entre la retahíla de enseñanzas democráticas a que nos tienen acostumbrados los albaceas de una banda terrorista que asesinó a novecientas personas, en nombre del pueblo vasco, sin una sola condena por parte de sus voceros", fueron las palabras de Óscar Matute, portavoz de EH Bildu, cuando aseguró que "ni nos han vencido ni nos han domesticado".
Según San Sebastián, esa "humillante puntualización" no puede resumir mejor la situación del Gobierno, sustentada por "un vicepresidente llamado Pablo Iglesias, que no hace mucho felicitaba a "la izquierda vasca y ETA por haberse dado cuenta de que la Constitución no instaura una suerte de reglas de juego democráticas, sino que mantiene una serie de poderes para, de una forma muy lampedusiana, cambiarlo todo para que todo siga igual".
De hecho, asegura que "si los costaleros de este Ejecutivo son dos fuerzas abiertamente enemigas de la Nación española y de las normas por las que se rige, hasta el punto de haber recurrido sistemáticamente a la violencia y protagonizado un intento de golpe de Estado, es precisamente porque ETA nunca fue derrotada, sino que negoció con Zapatero un «proceso», mal llamado de paz, cuya culminación era precisamente la voladura del orden constitucional que Sánchez y sus aliados se proponen liquidar ahora".
Por ello, concluye que los secesionistas y los proetarras de Bildu, están "envalentonados ante la oportunidad histórica de construir finalmente su patria de vascos de sangre pura, con la complicidad de un partido hermano que no hace ascos a su trayectoria y el beneplácito de un jefe de gobierno que supera en vanidad, cobardía y ambición incluso al que les legalizó. ¿Qué más quieren ellos? Están eufóricos. Lo que está por ver ahora es a quién aflige el dolor que vaticinó ayer el Rey".