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Diplomáticos "con mano" confirman las turbias facturas que Maduro pasa a Sánchez

Lo único que le faltaba al presidente español de los triples saltos mortales era esto. Y lo que último que le faltaba a España era que lo confirmara también fuera de nuestras fronteras.

Nicolás Maduro.

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Pedro Sánchez nos tiene acostumbrados a los españoles a sus triples saltos mortales pero ahora ha decidido traspasar el ámbito internacional y eso, tal como recoge este lunes Antonio Martín Beaumont, no viene nada bien para la imagen de España en el mundo.

En su artículo de La Razón, reflexiona sobre lo que tiene de contradictorio y el recelo que suscita hacia nuestro país, que su presidente anuncie solemnemente primero desde La Moncloa que reconoce a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela y luego "le de con la puerta en las narices en la primera oportunidad que tenía de verse con él cara a cara".

Lo de Pablo Iglesias es harina de otro costal pero el rechazo de Sánchez a recibir a Guaidó ha sido, recalca, lamentable y recuerda que "aquel gesto del presidente español fue un compromiso democrático, un espaldarazo para encabezar una transición que debía devolver la libertad al pueblo venezolano". Además, no había más opciones dado que Nicolás Maduro se había proclamado jefe de Estado tras un proceso electoral ilegítimo.

Por eso resultaría incomprensible la actitud ahora del líder del PSOE sino fuera porque viaje lastrado en política exterior por "la entrega de sus socios de coalición a la tiranía chavista y sus tejemanejes en las autarquías americanas".

Más increíble y díficil de creer aún, recuerda el director de ESdiario, si se compara con el tono contundente contra Maduro que empleaba "el otro Sánchez" no hace tanto, en enero de 2019.

Asi las cosas, ha preferido esconderse tras el burladero de la Unión Europea con el mensaje, siempre socorrido para él, del "diálogo": una receta "raquítica" para un pueblo "que sufre hambre de alimentos y de libertades".

Claro que, a su juicio, ha sido especialmente extravagante la forma de echar balones fuera del presidente español ante la escapada nocturna de su ministro José Luis Ábalos para verse con la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez.

Todo un ejercicio de despropósitos. Pero, según comentan algunos diplomáticos con mano en Exteriores a Beaumont, "madie duda que en Bruselas –y en Washington aún más– el plante de Pedro Sánchez a Juan Guaidó y el affaire Ábalos han provocado indignación. Máxime después de que el presidente viajara esta semana a la Cumbre de Davos con un mensaje: él es quien manda en España y Pablo Iglesias acatará la estrategia posibilista y moderada que se espera del Gobierno de la quinta economía del euro".

En resumen, concluye, "Iglesias ha dado la razón a quienes llevan años denunciando que la formación morada es el caballo de Troya del chavismo en el corazón de Europa. Hugo Chaves los engordó y financió y ahora Nicolás Maduro pasa al cobro sus facturas".